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Un vándalo pinta la Puerta de Favara de Benetússer, datada en el siglo XIV

La pieza arquitectónica es el último vestigio que aún permanece en pie del antiguo palacio y está catalogada como Bien de Relevancia Local

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Un vándalo se ensañó hace unos días con la Puerta del Castillo o Puerta de Favara de Benetússer, una edificación del siglo XIV y único vestigio que queda en pie de lo que antaño fuese el palacio local, además de símbolo por excelencia del municipio. El elemento, catalogado como Bien de Relevancia Local, apareció el sábado 19 de septiembre con varios brochazos de pintura blanca en el zócalo y en una de las volutas. Desde entonces, el ayuntamiento busca al autor del ataque aunque «ha sido del todo imposible dar con él», explica el regidor de Cultura y Patrimonio, Ricardo Sánchez, de Compromís.

Las pintadas parecen proceder «de algún tipo de celebración» (una despedida de soltero/a o un anuncio de boda, por ejemplo) y no contienen ningún mensaje claro. «No son ni mucho menos un grafiti —señala el concejal—, sino que creemos que son el sobrante de pintura de algún acontecimiento y que, por eso, los brochazos están dados sin orden ni concierto, algo así como si hubiesen limpiado el pincel». De hecho, lo único legible, pero que tampoco semeja tener sentido, son dos cifras: 07 y 20. El resto son sólo borrones.

La puerta, propiedad de la comunidad de regantes pero de cuyo mantenimiento se encarga el consistorio, será adecentada en breve para eliminar cualquier traza de las pintadas y que «el símbolo de Benetússer y la construcción más antigua del pueblo luzca como corresponde», anuncia Sánchez.

No obstante, no será la única actuación que se lleve a cabo en esta joya patrimonial, puesto que el ayuntamiento también prevé instalar varios bolardos en uno de sus extremos tras la rotura de los que había en dos accidentes de tráfico que se produjeron recientemente, en el intervalo de quince días. «Primero un coche se salió de la carretera y arrancó uno de los bolardos y, a las dos semanas, otro vehículo se llevó los dos que quedaban», relata el responsable municipal de Cultura. En caso de un nuevo siniestro, el automóvil «se estrellaría directamente contra la puerta» y es precisamente lo que el consistorio «pretende evitar» con la instalación de las protecciones.

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