El Diputado de Carreteras, Pablo Seguí, ha trasladado a los alcaldes de Manises, Jesús Borràs, y Riba-Roja del Túria, Robert Raga, que si bien la corporación provincial había propuesto ya una solución para acabar con el punto negro de la CV-370 que une ambos municipios, «las exigencias técnicas planteadas al proyecto, derivadas de la necesidad de desviar la tubería que canaliza el agua del Turia a Valencia y el área metropolitana, han disparado el coste del proyecto hasta cifras que resultan completamente inasumibles para la diputación».

Por ello, Seguí anunció que la corporación ha de replantearse el proyecto y ya está trabajando en «encontrar una alternativa viable para reordenar el tráfico en la intersección». Un proyecto que deberá soslayar los problemas técnicos de la anterior y que deberá ser además consensuada con el Ministerio de Fomento, cuya aprobación resulta preceptiva. «Se trata de una actuación que no depende sólo de la Diputación, sino que implica también a otras administraciones y estamos manteniendo reuniones y contactos continuos y esperamos poder tener una respuesta positiva», aseguró Seguí.