Preside una mancomunitat que agrupa a Alfara, Vinalesa, Foios y Bonrepòs i Mirambell y destaca el «desastre» de ente que se encontraron en 2015 y que ahora han «dinamizado».

¿Cómo valora estos dos años?

De forma muy positiva. Cuando llegamos en 2015, la Mancomunitat era en un desastre a nivel económico y de funcionamiento. En este período, hemos dinamizado el ente con la puesta en marcha de cuatro delegaciones de Cultura, Servicios Sociales, Deportes y Medio Ambiente y se ha liquidado la deuda que había con la contrata de la basura de 2016.

¿Han avanzado en temas tan importantes como el estado del Carraixet o el transporte?

La situación del barranco es crítica. Solo el tramo desde Vinalesa hasta Alboraia está bien, pero desde Vinalesa hacia arriba está muy abandonado con escombros, basuras, las cañas han crecido y es muy difícil el acceso. Hemos tenido reuniones con la Confederación Hidrográfica pero nos deriva a Medio Ambiente y la conselleria a la confederación. Nos estrellamos cada vez que hablamos con alguien. Y el otro problema es que la CHJ no nos da permiso para entrar en su zona pero tampoco nos da el dinero para que pongamos los medios para limpiarlo y el barranco está hecho un desastre. En cuanto al transporte, se dilató mucho el retorno de la EMT, pero, por ejemplo, Vinalesa y Alfara no están conectados por EMT y lo hemos pedido muchas veces. Con un solo autobús recorrería todos los pueblos. La conselleria iba a tratar de solucionar en 2017 los problemas de transporte interurbano pero no se ha avanzado mucho en ese sentido.

Y qué objetivos se marcan para estos dos próximos años

Intentaremos mancomunar el máximo de servicios posibles ya que Consell y Diputación subvencionan más cuantos más servicios prestes. También queremos lograr que se adhieran más municipios a la mancomunitat como Tavernes o Almàssera y que los pueblos estén conectados en transporte público.