Asistentes al recorrido organizado por la «Associació d'Alumnes del Centre de Formació de Persones Adultes de Torrent» en colaboración con Guaix Horta Sud, hace unos días, aprovecharon para recordar una de sus viejas reivindicaciones, que es la de contar con una nueva sede, acorde con la cantidad de estudiantes que tienen matriculados. Además, los participantes en la visita incidieron en que en el año 2012, los profesores de la EPA recogieron alrededor de 7.000 firmas que dirigieron al Ayuntamiento de Torrent para revindicar «una escuela de adultos en condiciones ya que la actual es muy pequeña y está igual desde hace tres décadas».
De hecho, «la iniciativa coincidió con el nombramiento de María José Catalá como consellera de Educación, por lo que pensamos que tendría un gesto con Torrent y conseguiríamos un nuevo centro pero no fue así». Entre las alternativas propuestas entonces al consistorio para reubicar la EPA, se encontraba el Cine Cervantes.
Según recuerdan los impulsores de la iniciativa, «la idea era que este edificio se rehabilitara, respetando su fachada original, y en su interior se ubicasen las aulas y el resto de dependencias de la escuela. Algo que además permitiría revitalizar esa zona del centro histórico de Torrent, que sino es por el mercado de los viernes a penas tiene actividad».
La desprotección
El centenario Cine Cervantes fue protegido por el Pepri del casco de Torrent de 1985 y también por el Plan General de Ordenación Urbana de 1990 con nivel parcial „fachada y volumetría„que es la que se aplica a inmuebles de «valor arquitectónico, decorativo, popular y ambiental». Sin embargo éste no fue incluido ni en el catálogo de bienes y espacios protegidos del nuevo Pepri expuesto a información pública en 2013 -lo que determina la «aplicación inmediata al bien afectado del régimen de protección»-, ni en su segunda versión de 2014, más reducida. Por ello este histórico cine, que es propiedad privada, se ve abocado desde entonces a su desprotección y a una posible demolición para edificar viviendas si no es incluido en el listado que se apruebe de manera definitiva.
Este edificio está considerado como la primera sala de cine que abrió en Torrent en 1911, así como también se utilizó para asambleas, mítines políticos y teatro aunque, según Enrique Carratalá y Jorge Sánchez, este último uso estuvo vigente solo en su primera década. El Cervantes fue promovido por uno de los miembros más destacados de la burguesía torrentina, Francisco Torán Fabiá, aficionado al teatro y uno de los fundadores en 1906 de la Caja de Ahorros de Torrent. Se mantuvo como cine hasta que en 1969 fue ampliado como salón de baile. A mediados de los años 80 se volvió a reformar para ser una discoteca que cerró en la década siguiente.
De la construcción primigenia se conserva su volumetría y su fachada principal con una característica marquesina curva, su rotulación original con letras cerámicas y un panel de azulejos y trencadís en el que aparece representada la cara del escritor Miguel de Cervantes.
