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Los propietarios apuntalan el palacete de Cortina

El Ayuntamiento de Torrent ordenó esta medida para evitar que colapse la parte que queda en pie

Vista frontal del palacete de Cortina, con los puntales instalados. l. sena

El emblemático palacete que diseñó el arquitecto Cortina, que pervive en el término de Torrent con un elevado grado de deterioro, ha sido recientemente apuntalado para evitar que las partes más valiosas que quedan en pie se desplomen.

La medida la ha adoptado la propiedad a raíz de la orden de ejecución que el propio ha emitido, dentro del proceso para rehacer el expediente, que tumbó una sentencia judicial. El palacete está protegido como Bien de Relevancia local desde hace más de una década, a raíz de una movilización comarcal que se produjo, aunque este reconocimiento no ha evitado que su deterioro siguiera. Apenas se mantienen el pie algunas partes de sus muros y sus elementos de azulejería, de alto valor, han sido expoliados a o largo de los años.

La sentencia a uno de los recursos del propietario echó abajo el expediente que durante años reclamaba a los dueños intervenciones de consolidación e incluso un proyecto de restauración.

Por ello, el ayuntamiento reinició el proceso desde cero y encargó a una empresa un proyecto de intervención en el edificio, La firma entregó la primera parte del trabajo, que consiste en las medidas de urgencia que hay que adoptar para que el edificio no se venga abajo.

En concreto, el informe de la empresa (y la orden de ejecución) consistía en el apuntalamiento de los dos arcos de la fachada sur por medio de un puntal metálico, en sustitución de un pilar desaparecido. Además, se instaba al apuntalamiento de la cúpula que muestra el acceso principal al edificio, al menos con un puntal por el lado del octógono que forma su planta, sin perjuicio de otros puntales adicionales que fueran necesarios en el momento de su ejecución, de forma que «se asegure el contacto efectivo y el reparto de cargas entre el puntal y la superficie» por medio de ladrillos o listones de madera.

Además, se ordenó proteger el perímetro de la zona apuntalada bajo la cúpula con una valla de obra de, al menos, dos metros de altura, una medida que, por el momento, no se ha adoptado.

Según las estimaciones municipales, el sistema de apuntalamiento tenía un coste de 1.347 euros sin IVA.El consistorio ordenó a la propiedad que la colocara y los dueños así lo han hecho, de forma que no ha sido necesario acudir al sistema subsidiario.

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