La denuncia de tres conocidos expertos sobre lo «poco estético» o el «despropósito» del mobiliario urbano pintado de colorines en Torrent, por decisión del gobierno local, que lidera el socialista Jesús Ros, como publicó Levante-EMV, ha provocado otras quejas en el barrio de la Ermita-Alter. De este modo, residentes de la calle Santísima Trinidad se han quejado de que a los bolardos que se pintaron de colores hace años, no se les ha realizado el mantenimiento correspondiente «y ahora dan asco ya que ofrecen una imagen que afea la calle y la zona».
Estos bolardos de hierro macizo fueorn decorados hace años de diversos colores y ahora apenas quedan restos desconchados en la mayoría y solo se reconoce el tono amarillo no uniforme de otros. «Pintaron de colores bolardos y ahora pintan bancos y claro, luego no se puede pagar el mantenimiento de mobiliario en toda la ciudad ni la brigada tiene obras suficientes de trabajo para ello», reflexiona un vecino.
Respecto a la explicación que hace una semana ofrecía el propio alcalde, Jesús Ros, sobre que la decisión de llenar de colorines la ciudad se debía a que el Consejo de la Infancia no quería la ciudad gris «y por ese se ha intervenido en las proximidades de los parques infantiles», los denunciantes lo niegan.
«Justo enfrente de esta calle (al otro lado de Gómez Ferrer) se observan bolardos negros en su color natural junto a un parque infantil de la plaza de Sant Roc. Y, por ejemplo, en el aparcamiento del polideportivo la Cotxera, hay dos bancos decorados de colores, que no pintan nada allí, ya que no hay ninguna zona infantil en ese punto».
Por tanto, estos vecinos también creen que el consistorio «actúa sin criterio y sin pensar en el gasto que está haciendo y que luego hay que mantenerlo».
