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Educación

La escuela María Moliner cierra por falta de apoyo

El colectivo que fue pionero en formación para empoderamiento y liderazgo clausura su actividad

Una de las clases que se impartieron en Florida. F.U.

Nació como proyecto pionero en la formación de las mujeres en aspectos como el empoderamiento o el liderazgo, llegó a tener un ciclo de dos cursos y otro complementario, y por sus aulas han pasado más de 700 alumnas. Sin embargo, en pleno auge de las políticas de género y las iniciativas en favor de la igualdad de las administraciones públicas valencianas, la Escola de Formació de Ciutadania en Femení María Moliner cierra sus puertas. La razón es la falta de respaldo económico institucional en el sentido que el proyecto necesita para continuar una iniciativa cuyas fundadoras han intentado reinventar desde hace años sin éxito. «Nos estamos pegando contra una montaña», dice la presidenta Fina Ferriols.

El cierre se materializará en un acto que se celebra en Benetússer el 23 de marzo y por el que pasarán reconocidas expertas en materia de género que, a lo largo de la trayectoria de la escuela, han pasado por allí como alumnas o profesoras, o bien han colaborado en el desarrollo. Hay incluso una mesa institucional en la que confluirán representantes de ayuntamiento y la propia diputada provincial de Igualdad, Isabel García.

La Escola Maria Moliner nació en el año 2006 gracias a una subvención europea que permitió arrancar el proyecto y ofrecer los cursos en el centro de formación Florida, en Catarroja. Una vez la ayuda europea, gestionada por el Gobierno de España, acabó, las dirigentes de este proyecto, al que se han ido incorporando alumnas, intentaron que fuera se instalara en la Universitat de València, pero las gestiones no cuajaron. Posteriormente plantearon que fuera una escuela itinerante a demanda de los consistorios. «Pero las concejalías de Igualdad apenas tienen presupuesto para montar un ciclo de charlas y las instituciones a las que les corresponde, la conselleria y la Diputació de València, tienen planes que no están adaptados a la realidad del mundo asociativo que lleva años trabajando por el feminismo», reflexiona Ferriols.

De hecho, el proyecto recibió una ayuda de 14.000 euros de la Conselleria de Políticas Inclusivas pero tuvo que renunciar al dinero «porque en 22 días había que presentar las facturas y nosotros lo habíamos pedido para poder desarrollarlo», lamenta. «Un proyecto de este tipo tiene que tener el apoyo de una institución porque no se trata de acciones puntuales sino de ofrecer una formación permanente para el empoderamiento de la mujer», valora.

Para Fina Ferriols, en esta legislatura en el que el cambio político ha llevado el discurso de género a la gestión pública, las instituciones «lanzan grandes campañas, grandes anuncios y grandes fotos pero, en estos cuatro años, aún no han podido llegar al pueblo, donde están las mujeres peleando». «Si los planes que se ponen en marcha arriba no se estructuran hasta abajo y llegan a la ciudadanía, no cumplen su función al completo», señala.

La Escola de Formació de Ciutadania en Femení María Moliner ofreció su ciclo durante unos ocho años en Florida constituido por dos años con temáticas sobre la identidad de género y la diversidad, y un tercero que abordaba aquellas materias que las alumnas iban reclamando. Posteriormente ha organizado seminarios y jornadas de referencia en València, además de haber participado en encuentros nacionales. Además, ha recibido seis premios, uno de ellos concedido en 2009 por el Ministerio de Educación , y otro en 2010 otorgado por la Confederación de Mujeres Progresistas «por su trabajo en el campo de la formación en el cambio de mentalidad y de valores para conseguir la auténtica igualdad de género en nuestra sociedad».

Sin embargo, el próximo mes de marzo, sus fundadoras tiran la toalla. «El proyecto quedará ahí por si alguien quiere coger el testigo», concluye la presidenta.

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