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"Una partida es más díficil que dirigir un pleno"

"La pilota ha registrado un cambio radical. Ahora los pilotaris entrenan y se cuidan como los futbolistas"

Javier Puchol fue un reconocido pilotari de los 80 y los 90, siguiendo la saga de su padre, galotxer. Su hijo, Puchol II mantiene actualmente la hegemonía familiar con la vaqueta.

¿Cómo ve la pilota actual?

Ha dado un cambio radical desde el punto de vista deportivo. Los pilotaris entrenan y se cuidan como un futbolista. Pero nos queda las otras dos patas: la del empresario privado que explota la y la del ayuntamiento. El trabajador, que es el pilotari, se ha adaptado a los nuevos tiempos pero al empresario le cuesta más y le cuesta cambiar. Nos falta que eso mejore. La empresa privada ve que el trinquet no es rentable y no invierte y eso es lo más endeble de cómo está ahora.

Sufre más viendo a su hijo o cuando jugaba usted

Ahora más, por supuesto. Yo no me daba ni cuenta, aunque estuviera en una cancha con mil personas. La pilota es el único deporte del mundo, creo, que el espectador forma parte de la cancha. Está viendo la partida, te golpea la pelota, vuelve al trinquet y se sigue jugando.

¿Será más difícil una partido o dirigir el pleno municipal?

Una partida, claro. Al final hablas con personas, cada partido tiene sus intereses, no te votarán a favor, pero espero que sea una legislatura tranquila y de momento me han respondido bien.

¿Qué hace cuando no es alcalde?

Mi mundo es la pilota. Ayer -por el jueves- estuve en la semifinal del torneo de Torrent.

¿Es futbolero?

No me llama la atención. Solo si el partido es importante.

¿Se cogerá vacaciones?.

No tengo costumbre. Desde que entré en el mundo de la empresa privada, nunca me he cogido vacaciones. Algún día suelto, sí, pero por periodos largos, no

¿Es de mar o de montaña?

De montaña

Y eso que tiene el mar cerca...

Mira te cuento una anécdota. En mi primer trabajo era jefe de calidad de una empresa en Albuixech. Desde aquel despacho tenía vistas de la playa a unos 200 o 300 metros. Un día me visitó un asesor de Madrid. Se quedó mirando las vistas, y me dijo: 'aquí sí que disfrutarás'. Y le respondí: 'hace cinco años que no me baño en el mar'. Se quedó asombrado, no se lo creía.

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