La población de Xirivella conserva en su término municipal un total de once alquerías de diferentes épocas (desde el siglo XV al XIX) que han pervivido al paso del tiempo. Este patrimonio, no obstante, carece de una figura de protección importante que establezca unos criterios de conservación. Las ocho alquerías que están situadas en zonas de huerta no urbanizables de la población tienen protección estructural, según el Plan General de Ordenación Urbana, y la que les otorga el PAT de l'Horta, mientras que las tres situadas en el casco urbano (en concreto en el núcleo industrial), de las que dos son de titularidad municipal, carecen de ella.
Esta situación es uno de los factores que ha provocado que la mitad de estas alquerías esté en mal estado, o bien haya sufrido reformas y actuaciones impropias que han desvirtuado sus valores.
Aunque el Ayuntamiento de Xirivella no tiene aprobado un catálogo de bienes e inmuebles protegidos, una obligación que imponía la Ley de Patrimonio de 1998, la institución local da por bueno un estudio que realizó en 2014 el licenciado en Historia y Máster en Patrimonio Cultural, Adrián Cañada Bastida, un documento que figura en la web municipal.
En ese estudio se pone de manifiesto que la alquería del Pollastre, una de las más valiosas del conjunto, «está en una situación de abandono preocupante con serios daños ocasionados por derrumbes y por el fuego» y tiene «peligro de derrumbe alto». El inmueble lo forman dos edificios adosados «construidos en diferentes épocas, donde sólo se conservan los cuerpos principales, puesto que las crujías que se adosan en la parte superior están en ruinas». El estudio databa la alquería en el siglo XVII aunque hay investigadores que apuntan que puede ser anterior.
Por su parte, la alquería Alós presenta una «fachada está bastante deteriorada, al menos superficialmente, con muchas zonas que han perdido el enlucido» mientras que «el tejado también ha sufrido importantes daños en uno de sus lados, en la parte que da a una especie de corral». Aunque el estudio data esta alquería en el siglo XIX, el investigador de Alaquàs Adrià Hernández ha localizado un documento de compra-venta de 1496, por lo que el actual edificio puede conservar elementos de la época.
La alquería de Serra está en buen estado aunque «su valor patrimonial ha quedado algo reducido por motivo de las remodelaciones» ya que «ha sufrido importantes restauraciones durante los últimos años, con resultados poco fieles al estilo original». Y otra que presenta importantes alteraciones es la alquería de Ximet cuyo edificio «lo enmascaran las sucesivas construcciones que se hicieron» y, por tanto, «el conjunto principal está en parte tapado por construcciones posteriores».
El ayuntamiento es propietario de la alquería de Moret Nova, que «actualmente está desvinculada de cualquiera de sus funciones y totalmente descontextualizada al hallarse en medio del Polígono Industrial». A pesar de que la institución local ha realizado diversas intervenciones, Cañadas consideró en su estudio que fueron «con resultados no muy acertados».
Frente a estos casos, hay otros como el de la alquería de Canut, en «muy buen estado de conservación» con su estructura original y actuaciones que serían «perfectamente reversibles».
En los últimos meses del pasado mandato, la dirección general de Patrimonio instó por escrito a Xirivella a redactar y aprobar un catálogo de edificios protegidos, además de informar sobre el estado de otros inmuebles valiosos como son la Closa y la Casa del Delme.
El alcalde de Xirivella, Michel Montaner, asegura que en estos cuatro años está entre sus objetivos aprobar el catálogo «para poner en valor el patrimonio que tiene Xirivella, como elemento dinamizador de la ciudad» e intentar dar un uso a las dos alquerías municipales. «Desde hace años es una aspiración municipal que una sea un centro de desarrollo empresarial, espacio de formación y para emprendedores. Y para la otra, hemos barajado usos como un centro de interpretación de la huerta. No obstante estamos abiertos a sugerencias», indica.
