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Tradiciones

La patrona de Puçol estrena su renovada imagen

Tres profesores de la Politècnica han realizado una profunda restauración de la Virgen al Pie de la Cruz - El estreno será en la procesión

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Restauran la imagen de la patrona de Puçol

Tres profesores de la Universitat Politècnica ha finalizado la restauración del anda con la imagen de la Virgen al Pie de la Cruz de Puçol. Los autores: José Vicente Grafiá Sales, doctor en Bellas Artes; José Manuel Simón, también doctor en Bellas Artes, y Laura Flores, licenciada. Juntos han trabajado desde 2003 en distintas restauraciones, como la basílica de la Mare de Déu dels Desemparats de València, el museo de la Semana Santa Marinera, el museo de las Rocas del Corpus y distintas parroquias valencianas.

Hace unos meses, reinstalaban las imágenes de Pere Muñoz y Juan de Ribera en el anda de la Virgen al Pie de la Cruz de Puçol, realizaban los últimos ajustes y daban por finalizado su primer trabajo conjunto con la parroquia de los Santos Juanes. Ponían así fin a cinco meses en los que el principal objetivo era devolver su esplendor original a la imagen de la patrona que sale en procesión en fechas muy señaladas.

De hecho, el estreno oficial iba a ser en Semana Santa, pero la lluvia impidió la procesión, por lo que la nueva imagen del anda la disfrutarán los vecinos por primera vez en procesión durante las fiestas patronales y populares en las que ya está inmerso Puçol.

Los trabajos comenzaron en noviembre de 2018, con fotos generales del anda y, tras desmontar las imágenes que lo componen, se realizaron multitud de fotos de detalles, para documentar exhaustivamente el estado del monumento en aquel momento.

«Comenzamos con una limpieza mecánica. A continuación, un test para comprobar dónde se podía actuar con limpieza química, todo ello mediante catas en cada una de las imágenes del anda», explica José Manuel Simón.

El trabajo es meticuloso e individualizado. Hay que tener en cuenta detalles como el tiempo de contacto entre la pieza y el producto de limpieza, algo que en Puçol no se había cronometrado con anterioridad. Además, se trabaja con material natural, no sintético; y nunca se puede utilizar cola blanca donde hay un estuco natural. «Particularmente compleja fue la coronilla de la imagen de Pere Muñoz, retocada anteriormente en distintas ocasiones, pero sin seguir un protocolo adecuado, por lo que hemos hecho una consolidación puntual para evitar que se desprenda», apunta Laura Flores.

Los tres explican cómo siguen siempre un protocolo riguroso, que conlleva un barnizado previo y el saneamiento posterior de todas las grietas; la revisión de la unión entre los distintos tableros, con injertos de madera para consolidar los que no encajan bien? algo habitual en muchos pasos por un problema sencillo: la humedad. Como explica el equipo de restauradores: «La madera se seca de fuera hacia dentro, por lo que se agrieta en el exterior, de ahí que muchas esculturas se construyan con el centro hueco para que absorba la humedad».

También ha habido que retocar la cruz, porque basculaba, mediante un chuleteado para tapar ese pequeño hueco y que encajara sin moverse. Y la corona, que estaba sujeta de distintas formas, todas agresivas con la pintura original. Por supuesto, también hay que revisar tornillos oxidados, maderas que no encajan y todo lo necesario. El desmontaje de las piezas es un proceso en el que se descubren muchas barbaridades que se han hecho con buena fe, pero sin conocimientos.«Habían usado salfumán para limpiar el soporte y la decoración plateada se ponía verde, por lo que decidieron taparlo con flores. Plata y salfumán son incompatibles», advierten.

Siguiendo con el protocolo aplicado a las imágenes del anda de la patrona, el siguiente paso es sanear las grietas, un delicado trabajo en el que no puede haber un «escalón» entre el original y la zona restaurada. Probablemente, el momento más delicado. «Comenzamos con el nivelado entre la parte original y la que vamos a restaurar. Y a partir de ahí la reintegración cromática con la técnica del puntillismo: aplicamos puntos de colores que se ven de cerca, pero no se aprecian de lejos. Ponemos los puntos en las lagunas del original, pero no sobre las partes en buen estado. Nuestra restauración se podría eliminar sin afectar original, si fuera necesario por cualquier motivo. En definitiva, es un proceso discernible, respetuoso y reversible», indican.

Y tras la restauración cromática llega el barnizado final, para unificar toda la imagen. Un proceso meticuloso, en el que siempre se respeta el original y se trabaja con la parte dañada para «acercarla» al original.

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