"La limpieza del Barranco del Poyo no es un capricho es una necesidad inmediata". Ese es el análisis de los técnicos en los diversos informes que ha solicitado el Ayuntamiento de Catarroja para justificar ante la Confederación Hidrográfica del Júcar la limpieza del barranco y que se encuentran en la 'Bandeja de Entrada' de la entidad hidrográfica desde noviembre de 2018. Casi un año después y ante la pronta temporada de lluvias el alcalde, Jesús Monzó, ha vuelto a insistir en esta "necesidad" para la ciudadanía del municipio.

El mayor riesgo por acumulación de arbolado, según los informes técnicos solicitados por el Ayuntamiento de Catarroja, se encuentra en el linde entre la población vecina de Massanassa. Una situación que se puede observar con claridad desde el acceso de la CV-400. Ya en 2018, los técnicos aconsejaban la inmediata limpieza del cauce del barranco en el punto limítrofe entre ambas poblaciones por el riesgo evidente de crecida ante grandes lluvias, una solicitud que cayó en saco roto.

"Estamos atados de pies y manos, pero no por ello vamos a dejar de visualizar esta problemática que nos afecta directamente y pone en riesgo a Catarroja", ha asegurado Jesús Monzó. "Las condiciones climatológicas son cambiantes y no nos podemos exponer a una situación que provoque problemas en el municipio porque la CHJ haga caso omiso a las observaciones fundamentadas realizadas por técnicos municipales", concluye.

El Ayuntamiento de Catarroja está dispuesto a invertir fondos municipales en la limpieza del barranco por su término, como no podría ser de otra manera, para salvaguardar los intereses de vecinas y vecinos, pero, para no incurrir en irregularidad necesita la ineludible autorización de la CHJ que hasta el momento se exime en su deber de proteger el cauce poniendo en riesgo a la población de Catarroja.

"Los contratos que tenemos no nos permiten actuar en zonas que no están consideradas término municipal de Catarroja y que los municipios no tenemos los medios para poderlo hacer", explica Monzó.