Tenían un halo de esperanza de que el Ayuntamiento de Paterna reconsiderara el proyecto de rehabilitación del barrio de les Coves, tal como les anunció el alcalde en persona, pero el desconsuelo y la decepción ha vuelto a los hogares subterráneos.
La pasada semana los vecinos de les Coves celebraron una reunión con el arquitecto municipal para intercambiar, pensaban, impresiones del proyecto de rehabilitación del entorno, valorado en 1,8 millones de euros. Los residentes tenían la intención de trasladar al consistorio los puntos que rechazan de la actuación y poder consensuar un nuevo plan. El encuentro era el primero de una serie de reuniones que acordaron celebrar los vecinos con el alcalde Juan Antonio Sagredo a finales de septiembre, cuando el munícipe y los residentes se vieron las caras para conocer las intenciones de unos y otros respecto a la obra.
Allí, los residentes afearon al dirigente socialista el lamentable estado que presenta la zona, con cacas de perro, suciedad y la presencia de botellón. Además, alertaron que el proyecto que quiere ejecturar el ayuntamiento creará un parque sobre sus viviendas, dificultando la habitabilidad y provocando la marcha de muchos de los propietarios de las cuevas. El alcalde anunció que modificaría el proyecto en colaboración con los residentes y que se intercambiarían posturas en un calendario de reuniones.
El primer encuentro fue la pasada semana. Ya no acudió el alcalde, sino el arquitecto municipal, responsable del proyecto. Y la impresión vecinal es que más que mejorar, la cosa sigue igual o peor. «El arquitecto se dedicó a exponer la actuación tal cual estaba prevista en su inicio, defendiéndolo y explicando cómo se desarrollarían los trabajos», explican algunos de los asistentes.
Tras su exposición, los vecinos volvieron a enumerar todo aquello que rechazan: los caminos para el paseo, los bancos para descansar, jardineras, balizas con luz... «Todo eso va a estar sobre nuestras casas, en los techos», critican los residentes.
A favor de las mejoras
Los vecinos insisten en que «no estamos en contra de que se mejore el entorno de las cuevas. Es más, se debería actuar cuanto antes. Pero el proyecto debe reconducirse a que los residentes mantengan la habitabilidad y no se produzca un éxodo por las molestías que aumentarán si la explanada se convierte en un parque temático». En este sentido, recalcan que la «única circunstancia que permite cuidar el patrimonio es la habitabilidad. Si esto se queda vacío pasará como muchas de las cuevas de propiedad municipa, que presentan un alto grado de abandono, así que el ayuntamiento no se ha eregido como el mejor solucionador de problemas en este aspecto».
Dentro de un mes está prevista una nueva reunión.
