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Patrimonio

La puerta de acceso al corazón de los Silos

La empresa restauradora coloca los portales manteniendo con vida el proyecto de abrir al público el interior del patio

A la izquierda, instalación de puerta externa al portal de acceso a los silos 25 y 29. A la derecha, visita al silo 41 en abril de 2015. v. ruiz sancho

Los tres nuevos portales de hormigón para acceder a los subterráneos de los Silos de Burjassot -aquellos túneles excavados desde la muralla ubicada en el paseo Concepción Arenal durante la última guerra civil española (1936-1939)- ya tienen puertas exteriores. Son metálicas. La empresa responsable de la reconstrucción del muro noreste y de parte de la explanada del monumento, EMR Restauración y Conservación, las hizo instalar la semana pasada.

Con esta actuación, la intención de recuperar el proyecto de abrir al público el «corazón» del «pati de Sant Roc», que el consistorio burjasotense puso en marcha a partir de abril de 2015, pocos años antes del desmoronamiento de un tramo de la histórica pared (septiembre de 2018), se muestra clara.

De hecho, la Conselleria de Cultura y Patrimonio tomó la decisión de no tapiar los dos accesos que ya funcionaron dentro del programa de visitas al interior de los depósitos de grano y de habilitar el acceso «redescubierto» tras el desplome del muro -se tapió al poco tiempo de concluir la guerra civil- para sumarlo al proyecto. No obstante, el acondicionamiento de la galería de esta entrada, que conecta los silos 25 y 29, no forma parte de las actuales obras de restauración. La adecuación de este espacio para hacerlo visitable entrará en un nuevo proyecto con el beneplácito de Patrimonio.

Tal como recoge uno de los boletines de información municipal de 1997, los historiadores Ángel López y Robert Blanes accedieron a este túnel descolgándose desde la explanada del monumento «con material de escalada por los 12 metros que separan la boca y el fondo de uno de los silos, y desde este a la galería y al silo contiguo». Así pudieron comprobar «la excelente factura de ambos depósitos, números 25 y 29, construidos mediante fábrica de sillería de gran calidad y comunicados entre sí mediante una galería en forma de T».

Refugio antiaéreo

En lo que se refiere a los otros dos túneles del conjunto monumental -los que ya se pudieron abrir al público antes del derrumbe del muro-, el que conecta los seis silos (4, 3, 2, 7, 6 y 1) cercanos al antiguo almacén de superficie, conocido como «embarronat», fue el primero en construirse durante la guerra civil y se destinó en principio a refugio antiaéreo de los propios soldados. Así lo confirmó uno de sus protagonistas, el cabo Manuel Pastor Camarena, cuyo testimonio recoge el historiador Santiago López García en su libro «Las fuerzas armadas en el Burjassot de la 2.ª República», al menos hasta su marcha a finales de 1937.

Sin embargo, las galerías que daban acceso a otros silos, concretamente al número 41 -situado en la esquina más próxima a la plaza del Ayuntamiento- y a los número 25 y 29 -cuya entrada se encuentra entre la del depósito 41 y la de los silos cercanos al «embarronat»- tenían «distintas finalidades, ya que fueron utilizados como almacenes, fundamentalmente como polvorín de municiones».

Esta afirmación puede deducirse por el hecho de que «no es posible acceder al fondo del silo a pie plano, ya que existen grandes desniveles entre la galería y el suelo del silo», lo que imposibilita el acceso del público. Este argumento se ve confirmado, además, por varios testimonios, y por el hecho de que en un informe fechado el primero de agosto de 1939, tras la entrada de las tropas franquistas en Burjassot, se indica que en los Silos «se detectó un importante arsenal de armamentos».

Para poder contemplar el interior del silo 41, que formó parte del programa de visitas, se habilitó un pequeño balcón al final de la galería. Ahora falta adecuar el acceso a los depósitos 25 y 29. El portal ya lo tienen.

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