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La batalla para que Claudia pueda caminar algún día

Una familia recurre a la solidaridad para costear tratamientos, aparatos y rehabilitación para su hija

La batalla para que Claudia pueda caminar algún día

Claudia tiene tres años y, con tan solo cuatro meses, la operaron de un tumor en la médula espinal, que le impedía tener movilidad de cintura para abajo. Al no funcionar bien la médula, tenía convulsiones y tuvieron que ponerle una válvula en la cabeza para que le ayudara a mover el líquido en exceso del cerebro.

La operación se desarrolló en València y, al terminarla, Sanidad derivó a la familia a Toledo para empezar con la rehabilitación, por falta de especialistas y financiación. En 2017 empezaron a vivir en esa ciudad en la que, además de hacer rehabilitación gratuita, le proporcionaron una silla de ruedas valorada en 7.000 euros.

Los padres de Claudia, conscientes de que tendrían que volver a València (la ayuda para pacientes de fuera de la comunidad es de dos años) y no podrían costear todos los gastos, crearon la asociación «Mi Princesa Claudia», para ayudar económicamente tanto a la niña como a otras familias con una situación similar.

«Cuando volvimos a València en julio, una clínica de Patraix le hacía rehabilitación una hora por semana, un servicio insuficiente que a los tres meses cesó», explica Mireya Saez, la madre de Claudia. «Ahora la llevamos a natación, a un fisio y hace rehabilitación en una clínica privada, en la que cada sesión cuesta entre 30 y 50 euros. Ninguno de sus medicamentos entra en la Seguridad Social, solo nos cubren la sonda y algunos aparatos ortopédicos. También nos dan la opción de cambiar la silla de ruedas cada tres años y nos financian parte de ella, por lo que estamos apurando la de Toledo», declara la madre.

A los gastos se suman los bitutores, estructuras de plástico que cambian a medida que crece por 3.000 euros También necesita un andador o muletas para sostenerse con los bitutores y un corsé que se lo cubre la ayuda por minusvalía.

Sus padres se suman a todas las iniciativas que pueden. Arrancaron en 2016 con la recogida de tapones de plástico y, gracias a la solidaridad de la gente, pasaron a hacer jornadas de recolección en el Mercado Municipal de Alaquàs. El domingo 22 estarán en el Mercadillo solidario de Villamarxant y, ese mismo día, nombrarán al ganador de la rifa de Navidad. Todo el que quiera siempre puede contribuir con la compra de merchandising.

Respecto a su estado de salud, Mireya expresa que «ahora está muy bien, dice que no anda pero que su silla va muy rápida y de mayor caminará».

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