Después de varios años de estudios, el libro «La Línea de Defensa Inmediata del Puig de Santa Maria» ya es una realidad. El cronista de la población Julio Badenes y los investigadores memorialistas José Aleixandre y Esteban Clemente lo presentaron hace unos días, a los pies de la ‘muntanyeta de la Patà’, junto a la Torre homenaje. La iniciativa formaparte de los actos de celebración del 30 aniversario del centro cultural la Marina y es el consistorio el que lo ha editado. Los ejemplares definitivos, que constan de diversos trabajos escritos y una selección de fotografías, estarán listoe en unas semanas.
En el acto, la alcaldesa del Puig, Luisa Salvador, explicó la importancia de presentar esa obra y la investigación que ha supuesto. La mandataria estuvo acompañada por la concejala de Cultura, Tonica Martí, y por el director de la Marina, Paco Orts, además de otros ediles y edilas de la corporación. Entre los discursos, hubo una interpretación de guitarra de Javier Moya con temas de la época de la República y la Guerra Civil.
En el turno de intervenciones de los autores, Julio Badenes tomó la palabra en primer lugar para recordar que el Puig ha sido escenario de grandes estructuras defensivas desde la prehistoria. «Este libro da una visión totalmente nueva sobre la importancia del pastrimonio de la guerra civil, diferente al resto de patrimonio,porque es muy sensible a las personas que vivimos a caballo entre el siglo XX y XXI», valora badenes, además de descatar la cantidad de información inédita con diversos testimonios de personas que vivieron la crueldad y la locura de la guerra civil».
Por su parte, Esteban Clemente explicó la importancia que tiene la línea de Defensa Inmediata (técnicamente línea Puig-Carassols), en su conjunto, construida por el Ejército republicano en 1938 y 1939.
Y finalmente José Aleixandre destacó explicó loy que se pretendía con la construcción la cantidad de refugios localizados en los trabajos de campo, aunque consideró que ahora falta una segunda parte: «catalogar todos aquellos que se encuentran en casas particulares», especialmente en las zonas cercanas a la montaña de la Patà, así como promover «un estudio arqueológico de los grafitis encontrados en la línea».
