Si la situación que atravesaba la hostelería con el cierre de persianas a las cinco de la tarde ya era muy complicada para mantener el negocio a flote, ahora con el nuevo decreto de cerrar los establecimientos la jornada entera para evitar el aumento de contagios por coronavirus –al menos hasta el próximo 3 de febrero– se ha acentuado el malestar en el sector. Bien es cierto que algunos locales se han acogido a la posibilidad de abrir las puertas para ofrecer, únicamente y en la misma calle, comida para llevar. Sin embargo, esto es lo más parecido a un «parche» que poco o nada soluciona.
En Burjassot las protestas no se han hecho esperar y así, con el eslogan «Basta ya; el virus mata y el Gobierno nos remata», la Asociación de Hosteleros Reunidos Activamente (Ahora) ha diseñado un cartel para colocarlo bien visible en el exterior de sus lugares de trabajo. La imagen que ilustra el afiche lo dice todo: sobre una mano oscura se distingue una señal de prohibición con un fantasma, o, dicho en palabras, «prohibido tener miedo».
Pese al duro golpe que ha supuesto la pandemia con las restricciones impuestas por el protocolo anti-Covid, que comporta el riesgo de ver cerrados definitivamente bares y restaurantes ante la dificultad de poder asumir económicamente la situación, la asociación hostelera «no tira la toalla» y se reivindica.
En recientes declaraciones a Levante-EMV, un día antes del cierre de la hostelería –el pasado jueves–, la presidenta de Ahora, Amparo Hurtado, ya manifestó que «asumimos las restricciones; pero nos están impidiendo trabajar, que es un derecho constitucional», y, en referencia al sector hostelero, dijo que «es un servicio y todo es esencial ahora mismo».
