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Torrent reactiva la petición para que su Semana Santa sea de interés nacional

Las hermandades esperan volver a procesional en 2021

Traslado prtocesional de 2011. | L-EMV

Momento en el que se abre la Carxofa y salen del interior los aleluyas, ante la Reina y su séquito, en la celebración de 2018. | L-EMV

Torrent reactiva la petición para que su Semana Santa sea de interés nacional | GERMÁN CABALLERO

Torrent reactiva la petición para que su Semana Santa sea de interés nacional | G.CABALLERO

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Torrent reactiva la petición para que su Semana Santa sea de interés nacional | A.T.

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Torrent reactiva la petición para que su Semana Santa sea de interés nacional | L-EMV

Torrent reactiva la petición para que su Semana Santa sea de interés nacional | L-EMV

encuentro glorioso. 1 La Reina del Encuentro y sus camareras, en el año 2012. F

2 Apertura de la Carxofa en 2011 F

3 Exposición del vestido de la Reina del Encuentro en 2018. F

4 Exposición de 2019. F

5 Detalle del vestido de la Reina en 2013. F

6 Celebración del Encuentro en 2015 F

7 Encuentro en 2011.F

8 Reina de 2019. F

9 Encuentro de 2016. F

El Ayuntamiento de Torrent ha reanudado los trabajos para lograr que el Gobierno de España declare la Semana Santa de la ciudad Fiesta de Interés Turístico Nacional, una vez logró, hace años, el reconocimiento autonómico. El área de Fiestas, que dirige Pascual Martínez, con la colaboración del geógrafo e investigador José Manuel Almerich, es la responsable de intentar que el expediente prospere. Para ello, el consistorio esgrimirá los dos grandes hechos diferenciales de las celebraciones, como son la figura de la Reina del Encuentro y Ángelde Resurrección y los aleluyas satíricos que se lanzan al aire desde la Carxofa, el día del Encuentro Glorioso, frente a la Torre.

El origen de la Semana Santa torrentina, como de tantas otras, habría que buscarlo en las celebaraciones que se popularizaron en el siglo XVI a raíz del Concilio de Trento. En marzo de 1591 se fundó en la capital de l’Horta Sud el la Confraria de la Mare de Déu de la Soledat, tal y como documentó en su día el cronista José Royo, en cuyos estatutos halló referencias de la Semana Santa. La llamada «professó de disiplinants» se celebraba el Viernes Santo, como eje central de los días de la pasión y muerte de Jesucristo. De la ermita de Monte Sión salía una talla de madera con el cristo crucificado y una peanacon la imagen de la Mare de Déu de la Soledat. La procesión llegaba a Alaquàs y Aldaia, ya que duraba toda la noche. Según la documentación que maneja el ayuntamiento, la cofradía desapareció a mediados del siglo XVII y el consistorio se hizo cargo.

Con todo, las celebraciones de una forma más similar a como se conocen hoy están documentadas a mitad del siglo XIX. Los franciscanos alcantarinos del convento de Monte Sión realizaban la procesión del Santo Entierro, en la que participaban penitentes «con unos hábitos muy particulares», tal y como recogió Almerich en una de sus obras, además de músicos y cantores que entonaban el «Miserere». En aquel tiempo ya existían cuatro pasos: el Crist del Cor, el Diví Natzaré del conocido escultor Juan Martínez Montañés, el Crist del Sepulcre y la Mare de Déu de la Soledat. Sus devotos son el origen de la creación de las primeras hermandades, antecesoras de las actuales.

De este modo, la devoción por la Virgen de la Soledad provocó la creación de la hermandad de la Mare de Déu dels Dolors, en 1927, que es la más antigua de las que se conservan. Según José Royo, fue impulsada por un grupo de jóvenes que preparaba el Septenari de la Mare de Déu en el convento de Monte Sión. Salieron en procesión por primeva vez con hábito en1929 y, un año más tarde, se confeccionó el primer banderín. Por su parte, la hermandad del Sant Sepulcre se fundó en 1930, como también la Confraria del Crist de la Bona Mort.

Tras l a guerra civil, en los años 40 nacieron la mayor parte de las hermandades (Jesús Natzaré, Oració de l’Hort, Santa Faç, Davallament de la Creu, Flagel·lació del Senyor y la Vera Creu i Crist Ressuscitat). En los años 50 llegarían la Santa Cena y el Eccehomo. La fundación de la Junta Central de Setmana Santa fue en 1943. En la década de lo 80 y 35 años después de la última, se fundó el Diví Costat de Crist mientras que en 1994 llegaría la hermandad del Cristo de Medinaceli y la Confraria de la Detenció de Jesús. El resto sería un goteo hasta las 18 entidades que actualmente existen.

El Encuentro Glorioso

Los dos elementos característicos de la Semana Santa torrentina confluyen en el Encuentro Glorioso. La tradición popular narra que la Reina del Encuentro representa a la virreina Germana de Foix, que habría venido a la ciudad y participado en la Semana Santa, dejando posteriormente el encargo de que, en los años siguientes, se la sustituyera por una mujer del municipio.

Más allá de la veracidad de esta leyenda, desde mediados del siglo XIX se tiene constancia de esta figura como una joven elegida entre familiares de la clavaría o el ayuntamiento. En las primeras décadas, el vestido de la reina y las camareras se solía alquilar en València, explica Almerich, y desfilaba portando una palma artísticamente trabajada. El papel de esta figura fue realzado tras la postguerra y en 1951 se acordó en la Junta Central de Hermandades que cada año sería elegida por una hermandad.

La Reina es la figura central del Encuentro Glorioso, junto a Jesús y la Virgen. Las hermandades parten de Monte Sión y de la iglesia de la Asunción, y confluyen junto a la Torre. Cuando las dos imágenes se encuentran, la Carxofa (un artefcato de data de mediados del siglo XIX) se abre al toque de corneta y deja salir palomas y miles de papelitos de colores, los aleluyas, que contienen frases satíricas, comentarios ácidos y expresiones en tono de humor.

La Reina del Encuentro se caracteriza, en la actualidad, por su amplio vestuario, una parte del cual está inspirado en la indumentaria de siglos anteriores, con más o menos rigor. El vestido que llevará el día del Encuentro Glorioso, habitualmente de elaboración artesanal y con una larga capa, se convierteen una de las sorpresas de la parte más festiva de las celebraciones, hasta el punto de que, en los últimos años, se organiza una exposición en una dependencia municipal para que la ciudadanía pueda admirarlo días antes de su estreno. El color elegido para decorar la capa (habitualmente el granate, aunque también ha habido años de azul o de morado), los complementos y el vestuario de camareras y pajes también son esperados, dentro del ritual.

Triunfo de la vida

Con el Encuentro Glorioso culminan todas las celebraciones de la Semana Santa. Como el resto del mundo cristiano, «con este acto y durante el día se rememora el triunfo de la vida sobre la muerte. Y así acabará la fiesta, la Semana Santa, la semana grande», valora José Manuel Almerich.

La pandemia ha provocado que durante dos años seguidos no puedan celebrarse las actividades de la Semana Santa. Las hermandades esperan que en 2022 se puede volver a procesionar de nuevo en la ciudad.

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