Y la historia se repite…. Cuántas veces han utilizado el mismo sistema coercitivo a lo largo de los años. No importa el color, porque las actitudes son comunes a quienes no entienden la democracia en su sentido estricto. Para ellos la democracia es el derecho a voto cada equis tiempo. La identifican con el derecho a la participación política en las urnas y poco más. Entender la democracia como algo que lo invade todo, que además rige todas las relaciones humanas, que lleva implícito el respeto por los demás, por los derechos que les asisten, etc… eso, si acaso otro día, verdad?

¿Pero dónde va esta chica? Debieron pensar. ¿Qué se ha creído ella? Pero ella, sólo estaba poniendo en práctica lo aprendido en el curso de delegadas y delegados de CCOO. Que ellos no son más que nosotros y nosotras. Que los eligen con la misma ley electoral que a nosotras y nosotros. Que si hablamos de legitimidad, tenemos detrás no sólo el resultado electoral en el ayuntamiento de Paterna, sino que nuestra mochila de representatividad está llena de millones de votos, de decenas y centenas de miles de delegadas y delegados, de más de un millón de afiliadas y afiliados a CCOO….. Que ellos representan una parte de la Mesa de Negociación, pero que somos la otra parte, pues las mesas son paritarias. Que debe llevar adelante en nombre del sindicato las decisiones que éste acuerda y que la responsabilidad de dichas decisiones es colectiva.

A pesar de todo ello. O precisamente por todo ello. Decidieron escarmentar al Sindicato en la cabeza de la delegada. No le abrieron un expediente a ella. Nos lo abrieron al Sindicato. ¡Mano dura con la rebelde, que aprendan los demás! ¿No os suena? ¿No resulta tan viejo como la idea de amo o patrón? ¿Dónde quedó el compromiso con la transformación social? No. Ya no os acordáis si alguna vez lo pensasteis.

De repente se instaló en vuestras mentes el mismo axioma que a todos. Estamos en política para gestionar. Hacemos y deshacemos y aquí no pintáis nada. Hay obligación de negociar porque la ley os lo impone, porque si no fuera así jamás trataríais con la representación legal de las trabajadoras y los trabajadores. Pero ojo…no hay obligación de llegar a acuerdos. Y a eso os cogéis como un palo ardiendo.

Se acabó, decís. Negociaré, o aparentaré que negocio. Pero no me pidáis que llegue acuerdos con vosotros, se hará lo que yo diga. ¿Qué es eso de presentarme escritos y esperar que os conteste, que os pase la información? Pero ¿de qué vais? Y cuando os llegan las quejas y éstas transcienden al Sindic de Greuges.. Ah! Hasta aquí podíamos llegar. Pero nosotros os decimos ¡Ya está bien!  Sabéis que esta situación que habéis creado vosotros debéis resolverla vosotros. No cejaremos.  ¡Esto no va a parar porque va en ello la dignidad de todas y todos!