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"Tranquiliza que el colegio se esfuerce por evitar contagios"

El colegio la Balaguera de Albal recibió ayer a los y las estudiantes manteniendo restricciones

Inicio de curso en La Balaguera de Albal. | SARA COBOS

El CEIP La Balaguera de Albal dio ayer el pistoletazo de salida al nuevo curso 2021/2022 y en sus puertas se hicieron notar los nervios y la ilusión tradicionales del primer día de clases, también en los y las más mayores de las familias. Este año, con más ganas y menos inquietud tras la mejora de la situación epidemiológica de la pandemia, gracias a la vacunación, que vivieron el pasado año académico.

Asimismo, el buen funcionamiento del protocolo anticovid seguido «a rajatabla» por el colegio parece ser otro de los motivos que elevan el ánimo de madres y padres. «Estoy confiada y segura con el centro porque al año pasado fue perfecto el control del virus. En mi caso no vivimos confinamientos en ninguna de las clases», señaló Virginia Beyxer, madre de dos niñas de 6 y 8 años.

Esta relajación se refleja en los numerosos reencuentros entre familias en las diferentes entradas habilitadas para cada grupo de edad, para evitar así aglomeraciones, donde se despidieron de los pequeños y pequeñas de la casa, como es el caso de la hija de 8 años de María José Fernández, más acompañada que nunca junto a su madre, abuela y hermana. «Este año volverá a juntarse con sus compañeros y compañeras del mismo curso, pero en casa estamos tranquilos», afirmó María José Fernández

Sin embargo, hay quienes preferían mantener la cautela como Nadia Mohamed y Rosa María Morente, ambas madres de un niño y niña, respectivamente, de 7 años. «El miedo como madre lo tenemos igual porque ellos no están vacunados, son los que no están protegidos», declaró Nadia a Levante-EMV.

Asimismo, cabe destacar la labor de abuelos y abuelas como Enrique Esteve y Dolores Pérez que se ven obligados a llevar a sus nietos y nietas al colegio. «Es duro traer a mi nieto al colegio porque la gente se amontona y, al ser yo una persona de riesgo, tengo que mantenerme apartada. No me queda otra, alguien tiene que traerle al colegio», explicabaDolores, abuela de un niño de 5 años.

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