El Ayuntamiento de Torrent ha dado un importante impulso a la protección del patrimonio modenista, muy rico en la ciudad, en la nueva propuesta de catálogo, que acaba de salir a exposición pública, casi 20 años después de que se iniciaran los primeros trabajos. Tras años de pérdida de estos chalets y edificios, y también de críticas, el consistorio ha incluido en el inventario los inmuebles más relevantes de las primeras décadas del siglo XX, en un documento que se expone junto con el «Estudio Ambiental y Territorial Estratégico» y con el «Estudio de Paisaje Preliminar».

El documento establece la protección de un total de 583 edificios, infraestructuras, jardines, retablos cerámicos y elementos etnológicos de todo el término municipal, así como yacimientos arqueológicos ,lo que supone una diferencia sustancial con el inventario que incluía el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de los años 90 del pasado siglo, donde se recogieron menos de 200 items.

Según la concejala de Urbanismo, Inma Amat, responsable última de los trabajos, las principales diferencias estriban tanto en la protección del patrimonio modernista, como de todos aquellos edificios y espacios relacionados con la guerra civil, que ahora tienen la condición de Bien de Relevancia Local en la legislación valenciana y, por tanto, así se han incluido en el catálogo. En el primer apartado, la ciudad cuenta con un experto que, a lo largo de los años, ha documentado, difundido y denunciado el estado de la arquitectura de esa época, como es el investigador Tomás Roselló. Respecto al patrimonio vinculado a la memoria democrática, las investigaciones de José Manuel Almerich, en los últimos tiempos, así como las de Boro Císcar, también han ayudado a crear conciencia sobre la importancia histórica de ciertos lugares.

Otro de los aspectos nuevos que incluye el catálogo es que protege manzanas o grupos de edificios, y no solo inmuebles individuales, como era el caso del inventario del PGOU, tal y como explica Inma Amat. Asimismo, el documento hace una revisión exhaustiva de todo el término municipal y no se centra solo en el casco urbano, con lo que supera con creces el anterior. En el terreno del patrimonio contemporáneo, el catálogo incluye inmuebles como el Edificio Metro, el colegio el Vedat o el instituti Veles e Vents por su singularidad arquitectónica.

Un plazo de 45 días

Respecto a los tiempos de tramitación, una vez el anuncio se publique en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), la población dispondrá de 45 días para realizar alegaciones. De forma paralela, el consistorio ha anunciado dos reuniones con la ciudadanía para dar a conocer el catálogo y cómo se puede actuar en esa fase de participación, que tendrán lugar los días 6 y 11 de julio a las 18 horas en el salón de actos del edificio del ayuntamiento.

«La ciudadanía puede ahora presentar alegaciones, que tendremos que responder. Con las aportaciones y modificaciones, haremos un nuevo documento, que tendremos que remitir a la dirección general de Patrimonio, donde tendrán que volver a pronunciarse, antes de la aprobación definitiva», explica Inma Amat. La intención municipal es tener ese texto final enviado a la conselleria antes del 20 de octubre «y luego ya dependerá del tiempo que tarden, para la aprobación definitiva del documento y su entrada en vigor.

Veinte años de espera

A raíz de la ley del Patrimonio Valenciano de 1998, los ayuntamientos tenían la obligación de aprobar estos catálogos y el de Torrent contrató a un equipo que redactó una primera propuesta unos años después. El cambio de gobierno del PSPV al PP la dejó en un cajón en el año 2007. En la siguiente legislatura, el ejecutivo popular encargó otro nuevo a un equipo pluridisciplinar, que ha sufrido numerosos vaivenes y modificaciones a lo largo de más de una década. Finalmente y, tras siete años de trabajo con el actual gobierno socialista (y en estos momentos también de Ciudadanos), el catálogo inicia su tramitación.