La torre vigía de El Puig y la defensa de la costa en los pueblos de l’ Horta Nord

En los siglos XVI y XVII toda la costa de l’ Horta Nord de Valencia quedaba amenazada por los piratas y, por este motivo, la torre de El Puig de Santa María tuvo un importante papel en la protección y alerta de las localidades costeras.

La torre vigía de El Puig de Santa María

La torre vigía de El Puig de Santa María / El Puig Turístico

Julio Badenes

Julio Badenes

Me pregunto, ¿cuánto le debemos a nuestro patrimonio histórico? ¿Estaríamos como estamos o seríamos como somos, culturalmente, sin el papel que jugó nuestro patrimonio histórico a lo largo de nuestra historia como Pueblo Valenciano? Afirmaría que no. Y podemos poner un ejemplo paradigmático: la torre vigía de El Puig de Santa María.

En los siglos XVI y XVII toda la costa de l’ Horta Nord de Valencia quedaba amenazada por los piratas y, por este motivo, la torre de El Puig de Santa María tuvo un importante papel en la protección y alerta de las localidades costeras. La tensión psicológica de estas poblaciones fue muy grande debido al constante peligro. Así, en 1583 el pirata Morató Arraez se presentó ante Valencia con cuatro galeotas pero fue rechazado.

La torre vigía de El Puig de Santa María, antes de su restauración en 1989

La torre vigía de El Puig de Santa María, antes de su restauración en 1989 / Julio S. Badenes

Junto con la agricultura la otra actividad que se realizaba teniendo la tranquilidad del amparo que proporcionaba la torre vigía de El Puig de Santa María era la pesca. Así nos recuerda el mercedario Fr. Francisco Boyl, en el siglo XVII, como en El Puig de Santa María hay “una Torre, o Atalaya bien artillada y fuerte, que demás del beneficio que causa de la seguridad de la Costa, sirve de deporte, y regalo, la pesca de diez o doze barcos continuos, que a su sombra tienen por su cuenta el braço de mar que ciñe este pedazo de ribera”. La torre de El Puig de Santa María se encargaba de otear, prácticamente, toda la zona costera que comprendía los pueblos litorales de l’Horta Nord entre Sagunto y Valencia.

Los pueblos costeros de la comarca aportaban hombres

Y esto lo confirman las “Ordenanzas del Cuerpo militar de la costa marítima de este Reino de Valencia”, reformadas en 28 de junio del año de 1673 al especificar que “la Torre del Puig tiene dos atajadores que saldrán todas las mañanas a hacer sus atajos: el de Levante llegará hasta la acequia de Puzol, hasta donde tiene que llegar el del Grao de Murviedro, y el de Poniente hasta frente de Albalat de la Fita de Meliana, en donde se encontrará con el del Grao de Valencia, y, dados los seguros, se volverán a darlo a la torre, quedándose de guardia como se manifiesta en las antecedentes”.

Y en la “Memoria de com se han de doblar les guardes en totes les fortalees, torres, castells, y estancies de la costa” respecto al “partit del Grau de Valencia, per la part de llevant” se ordena que “De Massamagrell baixen quatre homens al puesto dit la AYGUA DE MASSAMAGRELL. De Museros baixen quatre homens al puesto dit LA FITA DE RAFALELL. De Albalat baixen quatre homens al puesto dit la FITA DE MASSAMAGRELL. De Foyos baixen quatre homens, de Vinalesa altres quatre, de Benifaraig dos, de Massarrojes dos, de Rocafort dos, tots al puesto de la FITA DE MASSAMAGRELL”( MANRIQUE GONZAGA, Vespasiano, 1673, p. 50). Por tanto, todos los pueblos costeros de l’Horta Nord debían aportar hombres para combatir tan temido peligro.

La torre de El Puig de Santa María y los pueblos que defendía en el siglo XVIII

La torre de El Puig de Santa María y los pueblos que defendía en el siglo XVIII / Mapa de Tomás López.

La torre quedó muy dañada en la Guerra de la Independencia

Tenemos el testimonio de nueve pescadores que al estar faenando en la costa de Valencia, el día 17 de abril de 1755, al tratar de abordarles una “lancha enemiga” berberisca “se pusieron en precipitada fuga, a remo, y vela: mas esta les ayudo poco, porque brevemente cribada à balazos, quedo inútil. La lancha Berberisca[…], fue dándoles caza desde las siete horas de la mañana, hasta cosa de las cinco de la tarde[…], hasta enfrente de este Santuario del Puig. Quando llegaron enfrente de esta Santa Casa ( por donde, no advertida, estuvo todo el dia bordeando la Fragata de la lancha Morisca) cobraron animo los Christianos” y se salvaron ( MARTÍNEZ, Francisco, 1760, pp. 153 y 154). Como podemos apreciar los piratas berberiscos estuvieron merodeando la parte costera de los pueblos de Massamagrell, la Pobla de Farnals y El Puig de Santa María.

Los piratas berberiscos obtenían grandes beneficios en las incursiones terrestres costeras, por una parte, con el botín que conseguían en las poblaciones que atacaban y, por otra parte, con los habitantes cristianos que cautivaban, pues eran destinados al mercado esclavista o a la consecución de una buena suma de dinero a cambio de su libertad.

La torre de El Puig de Santa María seguirá realizando su cometido a lo largo del siglo XVIII porque la costa de l’Horta Nord sigue estando amenazada por corsarios musulmanes, ingleses y mahoneses. La torre quedó prácticamente destruida durante la Guerra de la Independencia (siglo XIX), pero impulsé su restauración con apoyo de la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de El Puig de Santa María. Acaso, ¿debía permitir su destrucción y no agradecerle su papel histórico? El patrimonio histórico es nuestro ADN cultural, sin él nos quedamos sin memoria y sin futuro como Pueblo Valenciano.

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