Eran las once y media de la noche cuando las puertas del edificio de la Cordà de Paterna "Pepín Damián" se abrían para recibir una visita muy especial: la de los 60 vecinos y vecinas que pudieron disfrutar del disparo pirotécnico en primera fila, compartiendo palco con las autoridades. Eran las personas afortunadas del sorteo llevado a cabo por el consistorio en una nueva iniciativa que ha llegado para quedarse - se inscribieron más de 700 paterneros y paterneras - y que consiguió el beneplácito, casi unánime, de todos los presentes.

La emoción y el interés quedó patente incluso antes de acceder al edificio, puesto que, desde las once menos cuarto (45 minutos antes de la hora a la que habían sido citados), se fueron congregando a las puertas, haciendo cola para coger sitio e impacientes por entrar, ya que preguntaron a la organización en varias ocasiones.

Los primeros en cruzar las puertas fueron el matrimonio formado por José y Amparo. Ascendieron las escaleras al primer piso con una sonrisa dibujada en el rostro. Son vecinos de Paterna de toda la vida pero era la primera vez que vivían la Cordà en plena calle Mayor". Según explicaron a Levante-EMV con rotundidad, "para ver realmente la Cordà, tienes que estar dentro de la calle". Por eso, al conocer que habían sido unos de los pocos afortunados, "la alegría fue enorme".

Como ellos, Gloria y Juan también pudieron disfrutar de su primera Cordà desde dentro. Él es de Paterna de toda la vida; ella, aterrizó en la ciudad hace 12 años proveniente de Colombia. No era el primer contacto de ella con esta manifestación cultural del fuego, pero llevaba más de una década sin acercarse a la calle Mayor. "El primer año que viví aquí, vine a verla a pie de calle, pero me dio mucho miedo, acabé muy asustada", relató. Pero, una década después, llegaba con optimismo. No es para menos, pues disfrutó el disparo con la protección de los ventanales del edificio y confesó estar "muy emocionada".

Poco a poco, los 60 afortunados se repartieron entre los dos pisos centrales del edificio y, desde las doce de la noche, no perdieron detalle de todo el proceso de preparación de la Cordà, que discurría a lo largo de los 150 metros de la calle Mayor, mientras tomaban un vaso de horchata de Paterna con fartons de una empresa local, cortesía del ayuntamiento.

Elena y Verónica, madre e hija, se asomaban desde el ventanal del primer piso a la calle, teléfono móvil en mano, para seguir concienzudamente la colocación de los cajones en los 35 puntos habilitados y ver, por primera vez en detalle, cómo se preparan los tiradores. Con el sonido de la cinta americana despegándose de fondo, contaron a Levante-EMV - también lo comentaban con los compañeros de balcón - que "es muy chulo ver cómo se ajustan los ropajes y los cascos". Estaban emocionadas pues aún no podían creerse haber sido unas de las pocas tocada por la suerte. "Estoy contentísima porque nos gusta mucho el fuego".

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Así ha sido la Cordà de Paterna 2022 Germán Caballero

En la espera, las sillas se desplegaban frente a los ventanales. El espacio era reducido aunque, desde la organización, se les explicó que durante la Cordà había que retirar los asientos y realizar turnos de rotación para que todos puedan ver el disparo. Era uno de los temores de Ángel, quien pasó las casi dos horas de espera sentado en una de las escaleras del edificio junto a Eva, su mujer. "Es una iniciativa muy interesante si todos podemos verlo de manera cómoda", explicó. Al terminar la Cordà, confirmaba sus sospechas. "No he podido ver gran cosa - lamentó-. Debería haber menos gente o incidir en la rotación porque hay quien se ha quedado en primera fila sin moverse".

La Cordà en primera fila

Pocos minutos antes de la una y media, se retiraron las sillas y las 60 personas invitados - también las autoridades - se agolparon frente a los ventanales del edificio "Pepín Damián" a la espera de vislumbrar la bengala verde, portada por el Coeter Major, Vicente Pla "Curro". En la mano, sus teléfonos móviles estaban preparados mientras cuchicheaban entre ellos. Algunos se conocían porque son vecinos, pero otros entablaban conversación por primera vez. Especialmente emocionado se encontraba Iván, de nueve años, quien ya había participado en la Cordà querubín porque le gusta mucho el fuego "desde pequeño". A su corta edad, expresó un deseo: "que no haya heridos".

Vecinos y vecinas de Paterna viendo la Cordà desde el edificio "Pepín Damián". German Caballero

Tras la traca, comenzó el disparo de los coets, coetons y femelles. A lo largo de los 23 minutos y 15 segundos que dura la Cordà de Paterna 2022, se suceden la curiosidad, la emoción de los que la viven tan de cerca por primera vez y la sorpresa por el estallido de algunos de los cajones - especialmente intenso en el minuto cuatro del festejo - que inundaron el tramo de la calle Mayor frente al edificio con el color rojo del fuego y el estruendo de los artefactos pirotécnicos prendiendo. De vez en cuando, ante la cercanía de los coets - algunos superan una altura de cinco plantas - y el impacto contra los ventanales del edificio, los invitados se apartaron levemente del cristal, sobre todo los más pequeños aunque no había peligro.

Al finalizar esta manifestación del fuego, se hizo el silencio pero, tras solo unos segundos, estallaron los aplausos en el interior del inmueble municipal y se sucedieron los halagos. "Ha sido apoteósico", reconoció Verónica aunque tardó unos segundos en articular palabra ante las preguntas de este medio. Junto a ella, Gloria aprovechaba para enviar vídeos a sus familiares de Colombia para que vieran cómo es la Cordà desde primera fila, aunque fuera con teléfono móvil de por medio.

Pero, sin duda, el más emocionado de todos era el pequeño Iván. "Ha sido una pasada, estoy flipando", afirmaba, con la euforia de sus cortos nueve años de edad. Esa sensación la compartía con su madre que, a pesar de tener más experiencia viendo el espectáculo desde los extremos de la calle, no estaba menos impresionada: "Si no hubiera sido por esta iniciativa no hubiera podido ver la Cordà de esta forma porque no tenemos casa en la calle Mayor".

Sin duda, las personas afortunados celebraron la iniciativa municipal de abrir el edificio de la Cordà "Pepín Damián" a los vecinos y vecinas de Paterna. "Fenomenal, me gustaría venir todos los años", confesó Elena.