RICARDO LEAL

Presidente de Cristian Lay

Ana SAMBOAL

Tiene una mirada viva, de esas que, sin molestar, escudriñan cada detalle. Ricardo Leal nos recibe en su despacho, en Jerez de los Caballeros (Badajoz), el pueblo de diez mil habitantes donde nació hace 64 años. Es una estancia amplia, cómoda, luminosa, sin estridencias, con alguna fotografía personal, pocas. Diseña y produce para marcas de pasarela, pero tiene cuidado de no revelar sus nombres. Recorre la fábrica como uno más, sin alterar las rutinas. Llama a los empleados por su nombre y ellos le tutean. Está preparando la sucesión y, aunque dice que lo más fácil es dejarlo todo, salta a la vista que le gusta estar ahí. Admite que es lo que más le divierte, por eso llega cada día a primera hora de la mañana. "Soy joyero" –aclara después de saludar–, "comencé como aprendiz". Desde su modesta joyería en Extremadura ha levantado una gran industria.

"La mitad de las joyerías cerró y la bisutería vive una subida tremenda"

"Las ventas por catálogo nos permitieron entrar en las casas, internet es su evolución", señala Ricardo Leal, presidente de Cristian Lay

El presidente de Cristian Lay, siguiendo las labores de uno de sus operarios. A todos los conoce por su nombre | RAFA GARCÍA
–De joyero a dar el salto a la gran empresa...

–Soy consecuencia de un proceso de mejora continua y de ambición, de no conformidad. Tuve la primera joyería en Jerez de los Caballeros y la segunda en Oliva, luego comencé a vender a otras tiendas. Al montar al por mayor, pude acceder directamente al fabricante, me quitaba un paso intermedio. Eso te da unas perspectivas y unos conocimientos que luego me permiten montar Cristian Lay (CL). Comencé con un muestrario físico y posteriormente la venta por catálogo en sí, partiendo de lo que era la tienda. Fue ir viendo dónde podían estar las oportunidades del propio negocio, un descubrimiento de plan de mejora.

–¿En el mundo de internet sigue funcionando la venta por catálogo?

–Internet es la sustitución. Lo que te permitía el catálogo es entrar en cada casa, hoy entras a través de cualquier aparato, es la evolución de la venta directa. Seguimos teniendo intermediarios, se vende a través de nuestros propios clientes. Nos queda dar el salto a la venta online, aunque es donde hemos tenido más desarrollo en los últimos cinco años. Es el futuro de CL, sin abandonar lo que tenemos.

–¿Es muy sensible el mercado al precio del producto?

–Sí, sí. Es lujo. El precio en los últimos ocho años se ha multiplicado por tres, no es un producto tan asequible como podía ser hace ocho años.

–¿Qué impacto ha tenido la crisis en la empresa?

–En España ha cerrado el cincuenta por ciento de la joyería dedicada a la venta de oro. Antes pasabas por la calle, había una joyería, otra... Empezaron luego el "compro oro" en vez del "vendo oro". Se vende, pero no en las cantidades anteriores. Simplemente, es un asunto sensible por el precio.

–¿El sustituto es la bisutería?

–Ahora estamos en un mercado de consumo, donde te gusta cambiar y estar a la moda. La proporción de lo que ha subido la bisutería es tremenda. Pero se trata de dos mercados distintos. El de la joyería es, entre comillas, más de inversión y más de largo plazo. La bisutería es moda.

–¿Cuál es el perfil de comprador de joyas?

–Puede comprar cualquiera. No es ahora mismo la gente joven la más compradora, pero si a una persona joven le regalas una pieza le va a gustar. La joyería, el oro y las piedras preciosas, le gustan a todo el mundo.

–Los gustos cambian.

–Los diseños cambian, pero una perla, desde la época de los romanos, sigue siendo una perla. Y una aguamarina se sigue llevando. Lo puedes cambiar, pero tampoco permite mucho y siguen siendo piezas sencillas. Cuando quieres algo más elaborado pasas a bisutería, pero es distinto. Yo diría que cambian las modas, pero tampoco mucho. Un brillante es un brillante y lo será toda la vida. Le puedes hacer la montura de una manera, con cuatro garras, con cinco o con siete. Puedes añadir más brillantes o menos brillantes, pero al final tampoco tienes muchas alternativas. La bisutería o la plata permiten más innovaciones.

"Si nos paramos, estamos muertos; o mejoras o mejoras"

–¿Usted sigue el día a día de la empresa desde arriba o también está en los pequeños detalles propios del oficio del joyero?

–No. Lo que es la parte de la joyería CL supone un diez por ciento del grupo, con lo cual, no. Sí es a lo que le hemos dedicado tiempo y lo que nos ha hecho crecer.

–El grupo también tiene perfumes, energía, química, envases... Nada que ver con la joyería. ¿Un salto al vacío?

–No, al vacío no. Lógicamente, se piensa bien. Con CL empezamos a crecer, pero luego fuimos desarrollando la parte industrial, de producción. Empezamos por fabricar joyería, luego cosmética, perfumería, que es un poco lo que vendemos. Eso nos permite suministrar a terceros.

–¿Y los envases?

–Del envase que producimos no consumimos nada, porque lo que hacemos es PET. Es una oportunidad de invertir y entramos ahí, un tema posiblemente de confianza en las personas que nos propusieron el negocio. Pero no tiene nada que ver con lo que estaba haciendo. Hay una parte que sí, el envase de cartón ondulado. Analizamos qué fábricas hay en Extremadura, qué posibilidades había de desarrollar una industria y también de diversificar. Estábamos en el sector de consumo, la parte de "packaging" fue para hacer cosas distintas. Tampoco había nada en la comarca. Eso nos fue llevando a convertirnos en un grupo industrial.

Ricardo Leal, ante la simbólica esfera que ocupa un lugar destacado de la sede de su grupo. | RAFA GARCÍA

––Y tiene acuerdos con Inditex, El Corte Inglés...

–Nosotros tenemos una unidad de negocio. Una unidad de negocio es la fábrica de perfumería, y de su producto tiene que vivir. Podemos comercializar una parte, pero, si producimos más de lo que necesitamos, tenemos que venderlo. Al final, tienes una capacidad instalada y buscas otros canales. Igual la parte de higiene o de tratamiento. Consumimos de ahí una porción pequeña para lo que llegamos realmente a producir y el resto lo colocamos en el mercado.

–¿Y el próximo negocio de diversificación?

–No estamos pensando invertir en otros sectores. Tenemos un proceso de desarrollo de las propias compañías. En lo que es la industria, la química y lo que es lo renovable. También la parte de Gas Extremadura. En un momento dado, comenzamos porque los socios nuestros eran las cajas y Endesa, cuando era Endesa. Luego a Endesa la compraron los italianos y desinvirtieron y lo adquirimos nosotros. Las cajas desaparecieron, y pasó lo mismo. Al final nos quedamos con el cien por cien de Gas Extremadura, lo que es la distribución y el transporte. Todo el gas de los extremeños pasa por nuestras tuberías.

"Hay un montón de españoles trabajando por el mundo que está logrando una apertura mental de nuestro país"

–¿Cómo ve el mercado de la energía en España? Hay empresas, como Alcoa, que cierran fábricas debido a los precios.

–Lo que hacemos es distribuir, no nos afecta para nada. Tenemos las tuberías y la empresa que quiera el gas nos paga el peaje.

–Es un mercado regulado.

–Hombre, te pueden cambiar, y de hecho hay veces que lo hacen, las circunstancias. Con un nuevo impuesto, por ejemplo. En un momento determinado crearon el impuesto al sol y ahora lo quitan. Pues bienvenido. Todo va al propio cliente, porque, si se instaura un impuesto al sol, al final se repercute al cliente.

–¿Eso no genera incertidumbre?

–Te afecta. Podemos recurrir contra la Administración, presentar pleitos, pero al final es la regulación. Sacan un impuesto, lo vuelven a quitar, subimos, bajamos, subimos... Esa inseguridad jurídica hace daño y es un miedo que siempre tenemos, pero es lo que hay. Forma parte de nuestro ADN de inversores saber que hay muchas cosas que no salen como uno las tiene previstas. Por eso también es bueno diversificar. Si un sector no va todo lo bien que debiera, te dedicas a otro. La reconversión que se ha sufrido en España con la joyería, con la relojería, es tremenda. No nos afecta tanto al estar en otros sectores.

–Una cosa es el mercado y otra la regulación, que depende del Gobierno. ¿Afecta la política a la inversión?

–Afecta. Nosotros, desde 2008, no hemos generado inversión porque en energías renovables prácticamente se congeló todo. Se para si ves que hay unas circunstancias desfavorables y que al final ya no te va a dar ya ni para recuperar lo invertido. No es que lo haga yo. En España se detuvo todo en renovables. Ahora parece que vamos a arrancar otra vez. Es lo lógico, y eliminar todo el efecto invernadero. Cuando hemos estado aquí mal, nos hemos ido a México, a otros países donde podíamos operar de otra manera. ¿Qué hay un cambio regulatorio y que dependes de la Administración? Pues sí. En México nos cambian al presidente y ya veremos qué pasa. En Brasil, también. Esto es así.

–La fragmentación política española ¿condiciona?

–Tranquilidad no tienes. Pero dentro de nuestro ADN está que tienes que invertir, tienes que innovar. Porque si no lo hacemos nosotros, lo harán los chinos, los indios, los americanos. Hay siempre gente en el mundo que trata de progresar. Si nos paramos, estamos muertos. O mejoras o mejoras. O te mejoran, porque estamos abiertos al mundo. Yo creo que la política, quieras o no, te provoca una zozobra y una inquietud tremendas. Qué va a pasar, cómo va a quedar todo esto. Pero ya, como tienes experiencia, al final te acostumbras a vivir sin políticos y, mira, a los italianos no les ha ido tan mal.

–Pero hay temas que dependen de los políticos. En Extremadura, el ferrocarril.

–Es tu circunstancia, tú la tienes que salvar. A mí me encantaría disponer de un AVE y estar en Madrid en dos horas, pero la realidad que tenemos es otra. Tampoco contamos, a lo mejor, con una población suficiente para permitir ese tipo de trenes. Necesitamos tener los mismo medios que el resto de los mortales, como cualquier otra región.

–¿Está Extremadura más abandonada que otras zonas?

–Sí. Somos una región muy poco poblada, con un millón de habitantes y casi como Cataluña de grande.

–¿Es un círculo vicioso: cuantos menos servicios, menos población habrá?

–Esto es: menos-menos o más-más. Si tienes más servicios, sería más cómodo todo. Vivo aquí porque soy de Jerez de los Caballeros, tenemos documentado que desde 1700 somos de aquí. Sería complicado pensar en tener aquí la empresa o venirme si no fuera de Jerez. Nos falta industria, que es lo que movería población. Madrid crece muchísimo.

–Las grandes ciudades absorben.

–Porque tienes un montón de medios. ¿Cómo le das la vuelta a eso? Es complicado. Aquí pasamos dificultades, pero en León, Zamora y por ahí desaparecen pueblos. La falta de servicios es clave, hay que contar con un hospital cerca. Nosotros tenemos en Zafra el más próximo, de calidad regular, y luego está el de Badajoz, a una hora por carreteras que no son autopistas. Tener un tren, un tren digno, como dice nuestro Presidente, es lo menos que podríamos pedir.

–¿Se sienten discriminados?

–Se pensaba unir Madrid y Lisboa por aquí, lo lógico sería haberlo hecho hace mucho tiempo. Al final ves sitios con una autopista y al lado, en paralelo, una autovía y otros donde nada más tenemos una buena autovía. Para mí es un problema de población, de cantidad de personas.

–Todos los indicadores apuntan a una desaceleración.

–Económicamente, hemos salido de la crisis. Socialmente no lo sé. ¿Qué ha hecho muy bien el empresariado español? Nos hemos puesto a trabajar, a exportar. La crisis hizo que las empresas fueran más competitivas y realmente hemos pegado un impulso. En cuanto dejemos de invertir para ser competitivos, en cuanto dejemos de hacer las cosas bien en la parte empresarial, volveremos a padecer una crisis. Pero llegará porque no seamos competitivos.

–Les dieron herramientas como una reforma laboral que ahora quieren revertir.

–No sé por dónde van a salir. Tiene que implementarse la cordura, no puede ser de otra manera.

"No se puede usar la energía para recaudar impuestos"

–¿Y qué es la cordura? ¿Qué necesita un empresario para competir en un mundo global?

–El coste de la energía es caro. No se puede utilizar la luz para recaudar impuestos. Hay que pensar es cómo lograr que nuestras empresas sean competitivas. Contamos con el turismo. Nos ha ido muy bien y nos va a ir bien. Debemos de cuidar la industria, si no lo tendremos complicado, aumentará el paro. Habría que analizar bien cómo estamos, dónde vamos, con qué países trabajamos. Somos buenos en la rama química, del automóvil... Hay que analizar sector por sector. Lo que vale para uno, no encaja en otro. ¿Cierra Alcoa? Es un problema. Exportan un montón y ahora todo eso se queda aquí. Necesitamos conservar a las empresas.

–¿No se trata bien la figura del empresario?

–Depende del partido. Y no en su totalidad, hay quien habla de una manera y quien habla de otra.

–No me refiero sólo a los políticos, sino a la sociedad. En EE UU, la figura del empresario tiene un realce especial.

–Porque se ha vendido como una explotación. En la sociedad americana la persona es libre y prima más prepararse y buscar un empleo hoy y otro mañana sobre lo sindical. Empieza también a pasar en España. La mentalidad de los españoles ha cambiado. Existe un montón de gente trabajando por todo el mundo que está logrando una apertura mental. Lo veo de fábula.

–Sería más fácil la rotación si hubiera pleno empleo.

–Claro, pero aquí había que cambiar toda la educación. Tenemos que formar a las personas para el año 2025 o 2030. No es que yo tenga una carrera de Historia, pero gente preparada en temas técnicos, de mantenimiento, no encuentras a nadie. Carecemos de un montón de servicios necesarios. Hay que formarnos para lo que necesitamos, no para lo que no hacemos falta. Hay que educar a las personas no porque tengan que ir a clase, no porque escolarizarlas hasta los 16 años, sino para prepararlas para el futuro. Debemos explicárselo. Y sin embargo, te encuentras mucha gente que es mano de obra poco cualificada mientras la automatización avanza.

–¿Los robots nos van a quitar el trabajo?

–Van a complementar el trabajo. Todo lo que sea manos de obra repetitiva irá desapareciendo. Pues aprendamos a reparar esos robots.

"La política te provoca zozobra e inquietud, al final te acostumbras a vivir sin políticos"

–Si pudiera volver atrás ¿haría lo mismo?

–Sí. Me lo he pasado muy bien. Me gusta lo que hago. Vengo temprano porque disfruto con mi trabajo. El trabajo es bonito porque estás siempre creando, mejorando, creas valor para la sociedad. Es como estar todo el día compitiendo, no ya con nadie, sino contigo mismo, ir superando dificultades. Haría lo mismo y lo hago porque me gusta.

–No se quiere jubilar...

–Una de las cosas que tengo que hacer es jubilarme. Yo no voy a estar ahí porque haría un flaco favor a la compañía. No ya a mis hijos, sino a la compañía.

–¿Soltar las riendas es fácil?

–Lo más fácil que hay, me voy y adiós. Te lo puedo asegurar. Y ahí quedan los problemas. Pero hay que pensar también en las 2.000 familias a las que pagas todos los meses. Hay una responsabilidad que tratas de inculcar y no puedes tirar eso por la borda. Mi objetivo principal en estos momentos es hacer una transición en la cual continuemos en progresión, que dentro de diez o quince años, el grupo se haya duplicado o triplicado. Pero no aspiro a estar ahí, porque cuantos más años, peor. Sería mi mayor satisfacción.

 
Los datos de Cristian Lay
  • Ebitda: 80 millones de euros
  • Volumen de ingresos: 640 millones de euros
  • Empleados: 1.800
  • Presencia en: España, Italia, Portugal, Marruecos, Túnez, Francia, Egipto, Panamá, Costa Rica, México, Chile, Colombia y Argentina
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