El jefe de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, renunció hoy a su cargo, mientras se normaliza la situación en el país después de que agentes sublevados mantuvieran retenido casi un día entero al jefe de Estado, Rafael Correa.

Martínez había intentado calmar los ánimos durante la jornada, en la que una protesta de policías de tropa por un proyecto de ley que les reduce los beneficios salariales derivó en un intento de golpe de Estado, a juicio del gobierno.

Pese a sus esfuerzos del día anterior, el jefe policial presentó su renuncia, que debe ser aceptada por Correa para que entre en vigor, porque "un comandante irrespetado, maltratado, agredido por sus subalternos no puede quedarse al frente de ellos", según dijo en una rueda de prensa.

Al mismo tiempo, Martínez pidió al gobierno la revisión de la propuesta que desencadenó los disturbios, como también ha hecho el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, el general Ernesto González. El Ejecutivo, de momento, no se ha pronunciado por ahora al respecto.

Martínez dijo que sospecha que en las protestas hubo infiltrados externos que no eran policías y que llevaban el rostro cubierto. Correa ha apuntado a personas vinculadas con el ex presidente Lucio Gutiérrez como instigadores de la sublevación policial, pero éste lo ha negado. El jefe de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, renunció hoy a su cargo, mientras se normaliza la situación en el país después de que agentes sublevados mantuvieran retenido casi un día entero al jefe de Estado, Rafael Correa.

Martínez había intentado calmar los ánimos durante la jornada, en la que una protesta de policías de tropa por un proyecto de ley que les reduce los beneficios salariales derivó en un intento de golpe de Estado, a juicio del gobierno.