Italia

La siniestra conexión de Berlusconi con el masón que peleó por Franco y Mussolini

Licio Gelli, en octubre de 1998, a su llegada a Roma tras ser extraditado por Francia.

Licio Gelli, en octubre de 1998, a su llegada a Roma tras ser extraditado por Francia. / ANSA

Irene Savio

La muerte de Silvio Berlusconi, este lunes, ha evocado nuevamente los infinitos escándalos que lo involucraron. Cronológicamente, sin embargo, hay uno que despunta sobre el resto: el que lo vincula a Licio Gelli, jefe masón de la logia P2. Figura inquietante de la historia contemporánea de Italia, Gelli combatió con los fascistas de Benito Mussolini y, antes, durante la guerra civil española, con las tropas de Francisco Franco.

Los jueces italianos lo descubrieron en 1981, antes de que Berlusconi entrara en política. Aquel año, mientras investigaban la bancarrota de una institución financiera italiana (el Banco Ambrosiano) vinculada a un escándalo del Vaticano, hallaron unas listas con nombres de casi 1.000 integrantes de la P2, una red clandestina de poderosos acusada posteriormente de todo tipo de manipulaciones de las instituciones italianas, incluso de un intento de golpe de Estado. En esas listas también aparecía el nombre de Berlusconi. Carnet masónico: el número 1.816, llegó a escribir el diario romano 'La Repubblica'.

La logia P2 no fue una logia masónica cualquiera en el país transalpino. Ni ese fue el único contacto de Gelli con España. En 1983, cuando Gelli se escapó misteriosamente de la cárcel suiza de Champ Dollon, la policía italiana alertó a las autoridades españolas de su supuesta presencia en Cataluña. La búsqueda resultó infructuosa y Gelli, anteriormente vinculado a Juan Domingo Perón, se refugió en Latinoamérica y, después de varias vicisitudes, murió en Italia en 2015.

Mondadori

Salpicado por esta oscura trama, Berlusconi nunca pudo desprenderse de la sombra de su conexión con Gelli. El propio masón, de alguna manera, no se lo permitía. Lo alababa y defendía públicamente. En una entrevista con la revista 'Panorama' en 1990, incluso se pronunció a su favor para que se quedase con el control del poderoso grupo Mondadori. Finalmente Berlusconi consiguió su objetivo. 

En otra ocasión, en entrevista con la periodista Concita De Gregorio, Gelli explicó con detalle su opinión sobre el ahora fallecido magnate. "Berlusconi es un hombre fuera de lo común. Recuerdo bien que ya entonces, en la época de nuestros primeros encuentros, destacaba por una característica: sabía llevar a cabo sus proyectos. Un hombre de acción. De eso es de lo que estamos necesitados en Italia: no de palabras, sino de acciones", le dijo.

El plan

No era el único punto de comunión entre los dos. Gelli se había alistado en los años 30 (con apenas 17 años) para luchar al lado de Franco y su hermano había perdido la vida en España, algo que según algunos era el motivo de su anticomunismo. Por su parte, en los atormentados años 90, Berlusconi logró entrar en política precisamente presentándose como un freno a las ideas comunistas, en ese momento ya en declive en Italia (el Partido comunista italiano, el PCI, se disolvió en 1991). Y durante años, el magnate siguió acusando a sus rivales de "comunistas" y "rojos", también a los que no lo eran.

El asunto no sorprendía a todos. Ya en aquella operación de 1981, se había encontrado un documento revelador y titulado 'Plan de renacimiento democrático'. Consideraba a los sindicatos y al PCI, entonces aún el segundo partido más fuerte de Italia, como formaciones que debían ser eliminadas para crear un sistema autoritario dentro de una legalidad. Gelli llegó a creer que sus planes se habían logrado. Lo afirmó en una entrevista en 2003, durante el segundo Gobierno de Berlusconi: "Miro al país, leo los diarios y pienso que todo se está realizando, poco a poco, pieza a pieza. Quizá debería reclamar derechos de autor", afirmó.

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