Insurrección fallida de Wagner en Rusia

Prigozhin quería capturar al ministro de Defensa, pero el FSB descubrió sus planes, según 'The Wall Street Journal'

El desprecio que Prigozhin siente hacía el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, es de sobras conocido

Yevgeny Prigozhin (izquierda) atiende al presidente ruso, Vladímir Putin.

Yevgeny Prigozhin (izquierda) atiende al presidente ruso, Vladímir Putin.

Ricardo Mir de Francia

Cuatro días después de que los paramilitares de Wagner lanzaran su insurrección militar en Rusia para frenarla unas 36 horas después a cambio de un acuerdo de mínimos para salvar el pellejo, persisten muchas preguntas sobre las intenciones últimas del motín, los motivos que la desencadenaron o las razones que llevaron al líder de la milicia a frenar su avance hasta Moscú cuando apenas había encontrado resistencia de las fuerzas de seguridad rusas. La inteligencia occidental podría tener algunas respuestas. Según publica ‘The Wall Street Journal’ citando fuentes anónimas del espionaje, Yevgeny Prigozhin aspiraba a capturar al alto mando militar del Kremlin, pero tuvo que alterar sus planes después de que la contrainteligencia rusa averiguara días antes su objetivo de sublevarse.

El desprecio que Prigozhin siente hacía el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, es de sobras conocido. El jefe de Wagner llevaba meses tildándolos de corruptos e incompetentes, culpándoles de los desatinos en Ucrania y acusándoles de dejar a sus paramilitares sin apoyo ni munición, tanto que llegó a amenazar con retirar a sus tropas de Bajmut a finales de abril. No lo hizo, pero tenía ganas de revancha. De acuerdo con la inteligencia occidental, Prigozhin quiso capturar a Shoigu y Gerasimov durante un viaje que ambos planeaban a una región fronteriza con Ucrania, pero dos días antes de la operación, el Servicio Federal de Seguridad (FSB), el antiguo KGB, averiguó sus planes.

Una información que ha sido confirmada por Viktor Zolotov, comandante de la Guardia Nacional de Rusia, un cuerpo que informa directamente al presidente. “Desde el bando de Prigozhin se filtraron informaciones específicas sobre los preparativos para una rebelión que comenzaría entre el 22 y el 25 de junio”, declaró Zolotov esta semana a un medio estatal ruso. El espionaje occidental, sostiene el ‘Journal’, pensaba que el plan original tenía bastantes probabilidades de prosperar, pero fracasó después de que corriera el chivatazo, obligando a Prigozhin a adoptar una alternativa y poner a sus tropas rumbo a Moscú antes de lo planeado inicialmente. 

Altos cargos conocían los planes de Wagner

Los paramilitares de Wagner apenas encontraron oposición en su “marcha por la justicia” hacia la capital. Tomaron sin problemas Rostov del Don, desde donde se coordina la guerra en Ucrania, y abatieron a varios helicópteros en las inmediaciones de Vorozneh. Pero tampoco encontraron adhesiones entre el mando militar ruso durante su avance hacia la capital, en contra de lo que Prigozhin esperaba, según el espionaje occidental. Un factor que posiblemente fue determinante para que aceptara la mediación del líder bielorruso, Aleksander Lukashenko, y diera marcha atrás cuando sus fuerzas seguían prácticamente intactas.  

Es muy probable que Prigozhin hubiese tanteado a sus potenciales aliados antes de enfilar la boca del lobo. No en vano, según ‘The New York Times’, que cita también fuentes anónimas del espionaje occidental, le habría comunicado sus planes con antelación a Sergei Surovikin, también conocido como ‘general Armageddon’, uno de los más respetados entre la soldadesca, quien dirigiera a las tropas rusas en Ucrania entre octubre de 2022 y el pasado mes de enero. El jefe de Wagner no solo había elogiado a Surovikin en varias ocasiones, sino que llegó a proponerlo junto al también general Mijail Mizintsev –conocido por los ucranianos como ‘el carnicero de Mariúpol’– para reemplazar a Shoigu y Gerasimov. 

Facciones en el Ejército

“Las Fuerzas Armadas rusas no son monolíticas, sino que consisten en multitud de grupos rivales que compiten por los cargos y las fuentes de ingresos”, escribe el analista del Carnegie Endownment, Mijail Komin. “Prigozhin contaba con que los oficiales que hicieron carrera bajo los reformistas que precedieron a Shoigu y Gerasimov se mantuvieran neutrales u ofrecieran en silencio su apoyo”. 

La información de la inteligencia debe tomarse siempre con mucha cautela, y más cuando Occidente está plenamente aliado con uno de los bandos en esta guerra. Desde el Kremlin, su portavoz describió como “un chisme” el supuesto conocimiento que Surovikin tenía de los planes golpistas. Pero desde el sábado, un día después de señalarse como el primer general en condenar el golpe y el único en ordenar ataques aéreos contra los amotinados, no se sabe nada de él.

El canal ruso de Telegram, Rybar, conocido por su apoyo a la invasión de Ucrania, ha dicho que “no ha sido visto desde el sábado” y circulan todo tipo de rumores sobre su paradero. “Una de las versiones dice que está bajo investigación”, ha escrito Rybar.