Elecciones europeas

2024, el año en que la extrema derecha puede despuntar en Europa

“Los partidos proeuropeos tenemos que pensar muy bien en cómo enfocar esta campaña para que el marco no lo establezcan los extremos”, reconoce el eurodiputado socialista español Domènec Ruiz Devesa

Banderas europeas en la Comisión Europea en Bruselas (Archivo)

Banderas europeas en la Comisión Europea en Bruselas (Archivo) / EP

Silvia Martinez

El triunfo del islamófobo y euroescéptico Geert Wilders en las elecciones holandesas de noviembre, que con su agresiva retórica antiinmigración y antiislam ha sabido canalizar el descontento social en su país, es el último ejemplo de que los vientos políticos en Europa se han escorado a la derecha. Un viraje que se ha producido anteriormente en Italia, gobernada desde hace un año por Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), en Suecia o Finlandia -ambos con partidos ultraderechistas apoyando la coalición de gobierno- y que se palpa en cada vez más países de la Unión Europea. Es el caso de Grecia, Austria, Alemania, Bélgica y también de Francia, donde las encuestas dan una fuerte subida en las próximas elecciones europeas, que tendrán lugar entre el 6 y 9 de junio de 2024, al Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. A seis meses de estos comicios, ¿significa esto que la ultraderecha puede convertirse en pieza clave del nuevo engranaje europeo?

“Es muy difícil predecir (el resultado de) las elecciones europeas con tanta antelación. No se rigen para nada por los mismos criterios que las elecciones nacionales. En muchos Estados miembros son elecciones de castigo. Y para ver a quien se va a castigar, cuándo y cómo tienes que estar más cerca”, explica la directora de la oficina de Bruselas del Centre for European Reform (ECR), Camino Mortera, sobre una cita electoral que dará el pistoletazo de salida al reparto de los ‘top jobs’, los altos cargos de la futura cúpula europea, incluida la presidencia de la Comisión Europea que actualmente ocupa la alemana Ursula von der Leyen.

Una proyección de finales de diciembre de Europe Elects sitúa al grupo Identidad y Democracia -que congrega a euroescépticos, populistas y partidos antiinmigración como la Lega de Italia, el RN francés, el AfD alemán o el Vlaams Belang belga entre otros- compitiendo con los liberales de Renovar Europa por el tercer o cuarto puesto de la cámara (actualmente es el sexto), por detrás de ECR, verdes, liberales, socialdemócratas y el Partido Popular Europeo. Un auge que los expertos atribuyen a un coctel de factores, desde el riesgo de la amenaza terrorista y la inseguridad hasta el aumento de la inmigración o el descontento de miles de europeos con sus gobiernos por un uso excesivo de sus prerrogativas para aprobar leyes impopulares desde la pandemia de covid19.

“Hemos visto los resultados en Holanda y las encuestas en Francia son terribles. Los partidos proeuropeos tenemos que pensar muy bien en cómo enfocar esta campaña para que el marco no lo establezcan los extremos”, reconoce el eurodiputado socialista español Domènec Ruiz Devesa. “Sigue habiendo una ansiedad social y una incertidumbre sobre el futuro que los extremos son muy hábiles explotando. Tenemos una buena br pero hay que explicarla”, insiste sobre la necesidad de contraponer el discurso de la extrema derecha con los logros de los últimos cinco años, en los que Europa ha saltado de crisis en crisis, pero un lustro en el que ha articulado respuestas en materia económica con el plan de recuperación, la energía con la reforma del mercado eléctrico para contener la volatilidad de los precios o la inmigración con la reforma del asilo del asilo. “Sería contra-natura que pasara en junio lo que pasó en mayo en España (en las municipales). Es decir, que los que no tienen un bagage ni un programa de futuro ganen explotando la inseguridad de las personas, la incertidumbre sobre el futuro, hablando mal de los inmigrantes”, añade.

Pobreza, exclusión y salud

Según el último Eurobarómetro del Parlamento Europeo, para el 36% de los encuestados la principal prioridad debe ser la lucha contra la pobreza y la exclusión social y para el 34% a la salud pública, muy por delante del 18% que apuntan a la inmigración y el asilo. La crisis en las principales economías de la UE y el impacto de la elevada inflación, la respuesta al cambio climático y el coste de la agenda verde, el creciente descontento en las zonas rurales, así como la política de asilo e inmigración marcarán la campaña europea, además de la ayuda a Ucrania o las repercusiones del conflicto entre Israel y Palestina.

“Hay muchos focos de inestabilidad y polarización. Los gobiernos moderados europeos necesitan un ancla. Intentar lanzar la idea de que tenemos esto bajo control para que los ciudadanos se sientan seguros porque llevan tres años de sobresaltos absolutos y es normal que al final se buscan soluciones simples y consuelos rápidos que suelen venir de los extremos”, sostiene Camino Mortera. Encuestas y analistas dan por hecho que el PPE seguirá siendo el grupo hegemónico pero lo importante, más allá del auge de los extremos al que apuntan los sondeos, será el “equilibrio de poder” entre “los progresistas pro-europeístas y los regresistas inmovilistas” ya sean euroescépticos o eurocríticos. “Los números van a ser complicados porque creo que va a haber una bajada de los socialistas y los verdes en muchos estados miembros, lo que va a dejar un Parlamento complicado de manejar”, augura esta experta en seguridad e inmigración.

Futura coalición

Coinciden con su diagnóstico fuentes internas del PPE que apuntan a que el nuevo Parlamento Europeo será más fragmentado lo que podría llevar a una nueva configuración de acuerdos y pactos más transversales. El dilema que tendrán delante los populares si ganan será: ¿renovar la gran coalición con socialdemócratas y liberales (y verdes), si dan los números? ¿ir hacia pactos puntuales? O ¿romper la entente actual y virar hacia la ultraderecha y los ultraconservadores que encarnan los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), donde se sientan Vox y los Hermanos de Italia de Meloni?

“En general, parece poco probable, pero en algunos aspectos podría ser posible”, consideran los profesores Brunello Rosa y Benedict Poettering sobre una eventual coalición de centro derecha. Mortera también que ve difícil un “matrimonio” entre el PPE y los ultraconservadores por la concepción tan dispar de Europa que tienen unos y otros. “¿Vamos a hacer una ampliación europea? ¿A través de círculos concéntricos? ¿Se va a integrar más la Eurozona? ¿Nos vamos a endeudar más en común? Hay temas fundamentales en los que el PPE y ECR no están para nada de acuerdo -incluido el Estado de derecho- así que me parece difícil ver una alianza entre ellos que no sea una alianza puntual”, estima sobre una de las grandes cuestiones que estarán sobre la mesa. Antonio Tajani, líder de Forza Italia también lo ha descartado.

De lo que no hay duda es de que las elecciones europeas serán una nueva oportunidad para reforzar la dimensión democrática de los comicios. Un reciente informe del Parlamento Europeo, firmado por Devesa y su colega el popular alemán Sven Simon y secundado por el pleno en diciembre, apuesta por introducir nuevas medidas para aumentar la tasa de participación dar mayor visibilidad a Europa en las campañas nacionales. Proponen por ejemplo incluir en la publicidad y en las papeletas de votos también los símbolos de los partidos políticos europeos y que los partidos firmen un pacto sobre el proceso de selección del próximo presidente de la Comisión -conocido como spitzenkandidaten- y evitar que sean los líderes de la UE quienes decidan a puerta cerrada como ocurrió en 2019.

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