Conflicto en Oriente Próximo

Ofensiva diplomática de EEUU y la UE para evitar una expansión regional de la guerra en Gaza

Este viaje es "una ocasión para discutir todos los aspectos de la situación en Gaza y sus alrededores, incluido su impacto en la región, especialmente la situación en la frontera entre Israel y el Líbano"

Imagen de archivo del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken.

Imagen de archivo del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. / EP

Andrea López-Tomàs

A medida que aumentan los temores a una expansión de la guerra en Gaza a todo Oriente Próximo, los principales representantes de Occidente accionan la maquinaria diplomática para evitar que el miedo se convierta en realidad. Este viernes el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, han aterrizado en la otra orilla del Mediterráneo con esa misión. Buscan impedir que el conflicto en Gaza, que ya ha arrasado con más de 22.000 vidas, se expanda a la Cisjordania ocupada por Israel, al Líbano y al Mar Rojo. En estos tres territorios, la tensión está presente desde el 7 de octubre, aunque en las últimas semanas se ha incrementado. 

Hasta el domingo, Borrell estará en el Líbano, donde se reunirá con representantes políticos locales y con el jefe de misión y comandante de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL), el general Aroldo Lázaro. Este viaje es "una ocasión para discutir todos los aspectos de la situación en Gaza y sus alrededores, incluido su impacto en la región, especialmente la situación en la frontera entre Israel y el Líbano", ha afirmado este viernes el Servicio Europeo de Acción Exterior. El jefe de la diplomacia europea busca "evitar una escalada regional y sostener el flujo de ayuda humanitaria a civiles, que la UE ha cuadruplicado hasta alcanzar los 100 millones de euros". Además, Borrell defendió este miércoles en un acto celebrado en Lisboa que el conflicto entre Israel y Hamás necesita una respuesta "impuesta desde el exterior", que puede provenir de Estados Unidos, Europa o los países árabes.

Siguiendo esta misma línea, Blinken ha emprendido este viernes una gira por la región, empezando por Turquía y Grecia. Durante una semana, visitará Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Israel, Cisjordania y Egipto para "subrayar la importancia de proteger las vidas de civiles en Israel, Cisjordania y Gaza; [...] y garantizar que los palestinos no sean desplazados por la fuerza de Gaza". "También discutirá mecanismos urgentes para frenar la violencia, calmar la retórica y reducir las tensiones regionales, incluida la disuasión de los ataques hutíes contra el transporte marítimo comercial en el Mar Rojo y evitar una escalada en el Líbano", según ha informado el Departamento de Estado. "A nadie, ni a Israel, ni a la región, ni al mundo, le conviene que este conflicto se extienda más allá de Gaza", ha dicho este jueves el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. "No esperamos que todas las conversaciones en este viaje sean fáciles", ha añadido.

Nuevo plan para Gaza

Mientras la diplomacia trata de hacer su parte, la población de la Franja de Gaza sigue sufriendo los ataques indiscriminados de aviones y tanques israelíes a lo largo y ancho del enclave palestino. Al menos 162 personas han muerto en las últimas 24 horas, de acuerdo a los funcionarios de salud palestinos. A su vez, han denunciado la propagación del hambre y las enfermedades mortales, junto a las primeras muertes por el frío entre los más pequeños obligados a dormir al raso cada noche. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, trazó el jueves las principales líneas del plan del mañana para Gaza. El acuerdo dejaría el enclave gobernado por un organismo palestino bajo control general de seguridad israelí. Gallant afirmó que el Ejército basaría su estrategia en un enfoque nuevo y más específico en la sección norte del enclave y en una persecución continua de los líderes de Hamás en el sur.

Durante las últimas semanas, el primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, ha insistido en que no será la Autoridad Palestina, a cargo de la Cisjordania ocupada, quien gobierne la Gaza postguerra. El Gobierno palestino, por su parte, ha dicho que no está abierto al plan de Gallant para entregar la gestión del enclave a "organismos palestinos" anónimos y al mismo tiempo garantizar el control de la seguridad a Israel. En declaraciones a la agencia de noticias palestina Wafa, la presidencia ha dicho estar comprometida a ver el fin de la ocupación de Israel y un futuro Estado palestino con Jerusalén como su capital, en el marco de la Iniciativa de Paz Árabe. 

Discurso de Nasrala

En el Líbano, el líder de Hizbulá, Hasán Nasrala, ha vuelto a dirigirse a la nación en el cuarto discurso desde el pasado 7 de octubre y el segundo esta semana. "Es inevitable una respuesta a lo ocurrido en los suburbios del sur de Beirut", ha repetido en referencia al asesinato del martes del número dos de Hamás, Saleh al Arouri, en un ataque con dron. Pero, como ya hizo hace un par de días, ha intentado alejar los tambores de guerra en el Líbano. Los objetivos de Hizbulá en la frontera sur son "ejercer presión" sobre Israel para que detenga la guerra en Gaza, y "aliviar la presión sobre la resistencia en Gaza". También ha aclarado que no habrá negociaciones entre Hizbulá e Israel hasta que termine la guerra en Gaza que "no es sólo por Palestina" sino también por el sur del Líbano, donde ha dicho querer "liberar el resto de su territorio".

Nasrala ha informado que Hizbulá ha llevado a cabo alrededor de 670 operaciones militares en la frontera con Israel desde el 8 de octubre, destruyendo muchos vehículos militares israelíes. Los temores de una expansión más allá de los países fronterizos con Israel está presente en los círculos diplomáticos desde hace semanas, con un especial foco sobre las rutas comerciales marítimas. Los hutíes, alineados con Irán y que controlan gran parte de Yemen, han disparado contra buques comerciales en el mar Rojo desde el 19 de noviembre, obligándolos a tomar rutas mucho más largas en un golpe al comercio mundial. Por ahora, Blinken está en Turquía, que se ha ofrecido como mediador entre las partes, mientras la maquinaria de guerra sobre Gaza no se detiene.