El miércoles día 16 de Septiembre de 2020, el periódico Levante EMV ha publicado un artículo que versa sobre la entrada en prisión de la letrada Antonia Magdaleno. Ello tan triste como legítimo, pues la prepotencia y la ambición malsana, como así ha quedado probado ante los tribunales de justicia, deben ser castigados cuando ello acaba con perjudicar a terceros que, lamentablemente, siempre es así.

¡Y que, en el caso de haber prosperado la concesión del indulto «por haber solventado la responsabilidad civil», ello hubiese sido un varapalo, un desprecio y una burla, para y hacia la justicia, ya que hubiese venido a decir que si robas, te pillan y devuelves lo robado, o una parte de ello, tu delito queda impune, sin castigo!

Pero que, a mayor abundamiento, los delitos que se le han imputado a Antonia Magdaleno han sido cometidos por una letrada, queramos o no una representante de la justicia, o al menos así debería serlo ya que los profesionales del derecho forman parte de un colectivo que nos debe trasladar confianza y garantía jurídica; claro, que como en todo colectivo, colegiado o no, siempre hay quienes sacan los pies del tiesto y con sus prácticas carentes de rigor, dignidad y honestidad, ensombrecen la labor de tanto bueno, excelente y honesto profesional como lo hay en todos los campos y que aquellos otros dañan la imagen colegial. A tales efectos tengo en los tribunales de justicia a un administrador de fincas de Cullera, del Colegio de Administradores de Valencia, involucrado en un presunto delito de falsedad documental (emisión de facturas falsas) y/o corrupción. Antonio Giménez López. TORRENT