Carta abierta a la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre

Marisol Chévez Hidalgo-Bonefil. Doctoranda en Ética y Democracia

Me dirijo a Usted en mi calidad de estudiante del Doctorado en Ética y Democracia de la Universitat de València, amparándome en una Justicia Cordial ante el artículo 4 de los Estatutos de esta Universidad. «La Universitat de València está al servicio del desarrollo intelectual y material de los pueblos, del progreso del conocimiento, de la paz, de la igualdad entre las mujeres y los hombres y de la defensa ecológica del medio ambiente. Las actividades universitarias no deben ser mediatizadas por ninguna clase de poder social, político, económico o religioso». 

En consecuencia, si el Estatuto hace referencia a estos principios y presenta en su portada al máximo exponente del Humanismo español, el filósofo judío sefardita valenciano, Juan Luis Vives, símbolo de los valores de esta academia. Es responsabilidad de la Universidad gestionar espacios seguros, libres de violencia, odio y discriminación, entre todos los estudiantes incluidos quienes somos judíos sefarditas.

Porque en la actualidad somos el blanco predilecto en esta institución de quienes consideran que no debemos existir en ninguna parte del mundo. Y menos vincularnos o participar en espacios de diálogo y sana crítica relacionados con la ética o la democracia, solo por el hecho de ser judíos. 

Nuestros detractores se amparan en un discurso anti sionista que apela a un antisemitismo de nuevo cuño, a vista y paciencia de una parte del profesorado que por acción u omisión, no implementa más allá del discurso un ejercicio de ética práctica que no criminalice a los estudiantes judíos. Porque nuevamente, somos utilizados como chivos expiatorios sin derecho a defendernos de ataques propinados por intereses particulares que no reconocen la coexistencia pacífica que se ha cultivado por siglos en España por ambas comunidades judía e islámica. Símbolo del respeto, tolerancia y paz más allá de los conflictos políticos que traspasan estas fronteras.  

Por tanto, la academia debe dar ejemplo sin ambigüedades y no alentar el odio, discriminación y violencia que atenta contra los valores democráticos que caracterizan a esta nación. Y donde judíos sefarditas valencianos, como Luis de Santángel y Juan Luis Vives, son el reflejo de quienes lucharon incansablemente por una España libre de discriminación y persecuciones a nuestra comunidad. Así, insto a la Facultat de Filosofía i Ciències de l`Educació, abrir un análisis deliberativo y crítico ante la Sharía o Ley islámica, asumida incorrectamente por grupos terroristas como Hamás. Y por otra parte propiciar un diálogo deliberativo en cuanto al Sionismo, como expresión política. Porque si el derecho a la vida tiene un carácter Universal, son titulares tanto los niños palestinos como los niños judíos, así:  «Desterrada la justicia que es vinculo de las sociedades humanas, muere también la libertad que está unida a ella y vive por ella…[Porque] La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla».

Marisol Chévez Hidalgo-Bonefil

Doctoranda en Ética y Democracia