Seis horas de autobús y 527 kilómetros separaban ayer a seiscientos seguidores levantinistas del estadio Los Nuevos Cármenes cuando a las 10.00 horas de la mañana empezaron a llenarse los diez autobuses de la caravana granota. Pero Granada bien merecía un atracón de carretera, sobre todo, con la permanencia en Primera División en juego.

Afortunadamente para la expedición, los problemas que sufrió el club para llevar a cabo el reparto de entradas el pasado martes no se reprodujo en el parking del Ciutat del València. Todo fue más sencillo y más ágil, por lo que los aficionados azulgrana emprendieron el viaje hacia la ciudad andaluza de buen humor y con el optimismo por bandera. Los cánticos y las proclamas no decayeron durante la ruta hasta la llegada al estadio granadino, sin miedo a agotar la voz antes del duelo. En un constante goteo, a partir de las 18.00 horas, la decena de autocares contratados para la ocasión -dos de ellos con miembros de la peña Levante Fans- desembarcó a la marea levantinista en los aledaños del terreno de juego, donde la invasión granota quiso dejarse notar desde el principio. De hecho, varios aficionados se marcharon al hotel donde estaba concentrado el equipo, en el centro de la capital granadina, para trasladar un último aliento de ánimo a los futbolistas antes del partido.

La mayoría, en cambio, prefirió esperar al autobús del conjunto valenciano a las puertas del estadio. A su llegada, pasadas las siete y media de la tarde, más de un centenar de granotes entonó el «¡Sí se puede!» con el que los futbolistas entraron al campo. A sólo unos metros, la afición del Granada jaleaba a los suyos con bengalas que inundaron de humo las calles que rodean Los Cármenes.

Ya cerca del césped, los seiscientos irreductibles granotes no se achantaron ante unas gradas que al final no llegaron a registrar el lleno que se esperaba. Mientras los locales cantaban a capella el himno del Granada, los levantinistas contrarrestaban sin complejos con gritos de ánimo a los de Orriols. Y es que la gran final por la salvación se comenzó a disputar una hora antes de que el balón empezase a rodar, incluso antes del calentamiento de los dos equipos, cuando las dos aficiones comenzaron a calentar la fresca noche granadina. Eso sí, unos y otros permanecieron atentos al pinganillo para conocer el resultado del partido del Getafe contra la Real Sociedad. El gol de Vela para los donostiarras, antes de que arrancara el partido, generó el aplauso tímido en nazaríes y granotes. El único que compartieron ayer.

Sin embargo, sobre la hierba el equipo no acompañó nunca. El Granada venció sobre la hierba lo que en la grada defendía, con uñas y dientes, la parroquia levantinista. El 2-0 fue un duro golpe del que costó sobreponerse. Más todavía el tercero, justo antes del descanso. La voz granota se apagó con un triste viaje kilométrico de vuelta esperando en el autobús. Un doloroso desenlace para una paliza que merecía otro partido.

Sin entradas para el Athletic

Pese a todo, la afición del Levante UD llenará el Ciutat de València el domingo en el duelo ante el Athletic Club. El club informó ayer de que no queda papel para el choque, por lo que si los abonados no fallan, el estadio presentará un lleno total para un partido que tenía que ser definitivo.