«Róger Martí es un 9-9, como los de antes, rematador nato, pisando área, busca el gol y sabe colocarse para encontrarlo». Vicent Latorre, el capitán histórico del Levante en los ochenta, describe así al atacante granota, que el domingo marcó su décimo gol en Liga, frente el Madrid, situándose en esa privilegiada lista de máximo goleador español empatado con Iago Aspas (Celta), Borja Iglesias (Espanyol), Raúl De Tomás (Rayo Vallecano) y Jorge Molina (Getafe).

De los cinco españoles igualados a 10 tantos, solo Iago Aspas ofrece un promedio superior a Róger. El gallego ha convertido 0.55 goles por partido y el valenciano, 0,48. A diferencia de los otros cuatro, Róger no es un titular indiscutible para Paco López, sino que entra y sale del equipo según las necesidades.

De ahí su gesto tras marcar, a centro de Morales, metiendo la puntera desde el borde del área y tirándose al césped para darle más impulso al balón, que salió cruzado hacia el otro poste. Róger se llevó la mano al oído: como pidiendo mayor eco a su notable rendimiento.

Es la mejor temporada en Primera del delantero de Torrent, de 28 años, tras sufrir la rotura de ligamentos de la rodilla al comienzo de la pasada campaña, cuando venía de ser el héroe del ascenso y quería consolidarse en Primera (22 goles en 37 partidos con Muñoiz en el banquillo). Regresó a finales del pasado curso, ya con paco López, y aun le dio para anotar tres veces en 17 encuentros.

Es un ejemplo de superación. Ha experimentado tres cesiones (Valladolid, Zaragoza y otra vez Valladolid) y dos roturas de ligamentos de la rodilla.

En verano pasado se preparó tan a conciencia que sólo disfrutó de una semana de vacaciones, en Ibiza. El resto se lo pasó entrenándose. De la misma manera, es un jugador partidario de entrenarse dos veces al día: una con el equipo por la mañana y otra por su cuenta con un entrenador personal por las tardes. De ahí esa fortaleza para ir al choque pese a no tener un físico especialmente rocoso.