El Levante UD necesitaba esta victoria, y lo merecía el levantinismo. Eran cuatro meses sin ver una sola victoria en casa, dos triunfos en los últimos veinte partidos y la afición veía como el equipo bajaba posiciones en la clasificación hasta caer en los puestos de descenso el martes por la noche, con la victoria del Valladolid ante el Girona.

Con estos números, muchas aficiones habrían abroncado a sus jugadores, a su entrenador o se habrían girado ya hacia el palco; muchos habrían sacado los pañuelos o exigido que rodasen cabezas ante semejante situación. Pero el levantinismo no. La afición granota nunca arremete contra los suyos, y menos cuando las cosas van mal. Ahí está su mayor valor, más allá de los títulos. Es un club forjado en el yunque de la adversidad.

No se presentaba un partido fácil para el Levante UD, por la dinámica negativa, los resultados de terceros equipos ni por las bajas con las que contaba. Afrontar una final sin tu jugador, probablemente, más determinante en zona de tres cuartos, tal vez no sea muy alentador; pero en aguas turbias, los granotes encuentran su hábitat. Las conocen mejor que nadie.

El Levante UD y el levantinismo sabían que era un partido crucial, que marcaría el devenir de la temporada. De ahí que empezasen el partido dos horas antes de que el árbitro marcase el inicio con un recibimiento a los suyos. Con el espectáculo en marcha, los granotes no dieron opción a su rival. Fueron superiores en todo momento. El buen inicio granota se coronó con un gran gol de Campaña, que adelantaba al Levante UD y desataba la locura en el Ciutat. Todos sabían que no era suficiente, que debían marrar el partido ante un Betis herido. Otra vez Campaña, guiando al equipo hacia la victoria encaminó el triunfo con un saque de esquina muy cerrado que Loren introdució dentro de su propia portería -después de dar en la cara de Pau López.

Pudo sentenciar el partido el Levante UD antes del descanso si el colegiado no hubiese anulado un gol de Morales por un fuera de juego en la jugada anterior. Al descanso, el Ciutat ovacionó a los suyos por su esfuerzo.

Sin embargo, lo mejor estaba por llegar. Un vendaval arrasó al Betis en la segunda parte. Los de Paco López querían cerrar el partido cuanto antes. Y lo lograron a los diez minutos. Jaime Latre señaló penalti sobre Morales a instancias del VAR -puesto que él no fue capaz de verlo a escasos metros de la jugada. El "Comandante" no falló y puso el 3-0 en el marcador y la tranquilidad en todo el levantinismo.

A partir de ahí, el Betis claudicó y se entregó a un Levante UD que tenía sed de revancha, por todos los partidos que pudo -y tal vez debió- ganar. Con Bardhi y Campaña desatados, gracias a la gran actuación de Vukcevic como stopper, condujeron a los atacantes en contraataques continuos.

Así, a falta de diez minutos, Coke coronó el partido con un cuarto gol a balón parado. El defensa celebró con rabia el tanto con la grada, consciente de su importancia.

Los últimos minutos fueron una fiesta en el Ciutat de València, que tenía ganas de celebrar algo después de tantos meses de sufrimiento y de caras gachas. La ola mexicana, los "olés" y las luces de los móviles pusieron el broche a un final de partido plácido y feliz para el levantinismo.

Con esta victoria, el Levante UD sale del descenso, coge aire y ventaja con sus perseguidores, recupera moral y confianza, gana futbolistas para la causa y, por fin, cierra su portería.