Después de una temporada prácticamente en blanco, la situación de Campaña es la más paradigmática de todas en el Levante. Con un valor de mercado que no tiene nada que ver con los tiempos en los que Quico Catalán hablaba de 30 millones de euros para sentarse a negociar, el jugador mejor pagado de la plantilla (3,2 millones por temporada) ha pasado de solución a problema. Su blindaje, fruto de un año de negociaciones, fue en abril de 2019 una gran operación para evitar una fuga a la baja.

Sin embargo, los acontecimientos desde entonces han jugado en contra de los intereses granotas. La estrategia el primer verano y el segundo de no malvenderlo, con el agravante de la pandemia, se vio refrendada por su primera internacionalidad con la selección absoluta, con la que jugó sus primeros minutos. Todo cambió. Se perdió el mejor tramo de la temporada y a base de recaídas tras pasar por el quirófano no llegó a redebutar. Su primer partido ha sido en esta pretemporada.

La situación deportiva y económica en la que se encuentra en este momento el Levante es peliaguda, con varios jugadores a los que no puede inscribir y varias fichas disparadas como la suya. Además, que su contrato dure hasta 2023, con lo que si se queda una temporada más, el próximo junio estará a un año de quedarse libre. Con estas coordenadas, y de acuerdo con Paco López, la cuestión encima de la mesa es plantearse una cesión con la que ahorrarse su ficha y fiarlo todo a su revalorización.