El Levante fue protagonista de un encuentro caótico del que salió perjudicado. Aunque viajó a Sevilla sin miedo y con la intención de sacar un resultado positivo para mirar hacia el futuro con optimismo, el partido dejó un cúmulo de conclusiones negativas que contrasta con la de un equipo que, pese a verse por debajo en el marcador, no bajó los brazos en ningún momento. Sin embargo, las carencias continúan presentes, y los errores tanto de concentración como defensivos son una losa que suma peso en contra conforme transcurren los partidos. La situación, cada vez más crítica, comienza a ser preocupante, y aunque el Levante se encuentre buscando el punto de inflexión sobre el que construir un bloque que proporcione alegrías, la afición está cada vez más desencantada.

No obstante, el conjunto levantinista entró en el partido con el pie izquierdo. Pese a la entidad del rival, no fue el día del Levante, que continúa inmerso en descenso suspirando por un triunfo que le dé oxígeno. Un disparo de Morales en los primeros compases del duelo, que fue atajado por Dmitrovic después de que el ‘11’ dibujase una de sus características carreras, fue insuficiente para impedir la que fue una de las primeras mejores partes del Sevilla en las diez jornadas disputadas en LaLiga Santander. Ágil, vertical, insistente en la presión y rápido en el movimiento de la pelota. De hecho, su diana, para enmarcar, fue agua en el desierto y un astro de esperanza que se apagó cuando, minutos más tarde, Diego Carlos lamió el poste izquierdo de la meta defendido por Aitor Fernández para introducir el esférico en la portería, poniendo el 3-1 en el luminoso. El Sevilla hizo lo que quiso con su rival y se decoró cuando le dieron la oportunidad. Además, desde el primer momento. En el minuto ocho de partido, Augustinsson, desde el saque de esquina, proyectó un esférico que Óliver Torres se encargó de darle espectacularidad empalmando el balón con el empeine de su bota derecha. Imparable para Aitor que puso en pie al Ramón Sánchez Pizjuán. Sin embargo, el monólogo siguió, con Rafa Mir poniéndole las cosas difíciles a En-Nesyri, quien regresó al equipo tras superar su lesión. El ‘12’ recibió un balón de Delaney, después de que el centrocampista se hiciese con los dominios de una posesión mal distribuida por Melero, y puso el segundo en el luminoso aprovechando la debilidad de la defensa para defender dicha acción.

No obstante, el Levante recortó diferencias, aunque el marcador siguió estirándose posteriormente hacia los intereses del Sevilla. El Morales de los golazos se volvió a poner la elástica azulgrana para quitar las telarañas de la escuadra de Dmitrovic. El ‘11’ recogió un envío de Pablo Martínez, habilitado por un Melero que, con su movimiento, dejó al extremo en una situación de ventaja, y lanzó un disparo imparable para el meta sevillista. Pese a ello, tras un descanso que mostró un 3-1 favorable al Sevilla, el cuadro de Julen Lopetegui puso más madera a su luminoso. Munir, novedad en la alineación hispalense, lanzó un misil desde fuera del área que acabó en el fondo de las mallas y que, pese a la diferencia de dianas entre uno y otro equipo, provocó un empuje para el Levante, beneficiado por dos errores de la zaga del Sevilla. Después de que Dmitrovic saliese de manera errática a despejar un balón, Morales recortó diferencias sin ningún tipo de oposición. Y minutos más tarde, De Frutos rebañó el esférico dentro del área a Diego Carlos para asistir a un Melero que marcó a placer. Un 4-3 que animó a los granotas a pelear por la gesta de igualar un resultado difícil de pelear, pero que volvió al Levante a la cruda realidad.

Jesús Navas tuvo vía libre para avanzar, ante la mala cobertura de Clerc y las dudas de Rúben Vezo a la hora de marcar a un hombre rival, y Fernando subió a la parcela atacante para poner el octavo del partido y cerrar un luminoso que no alteró su movimiento, aunque estuvo cerca de hacerlo cuando Pizarro Gómez señaló un penalti de Ocampos sobre De Frutos que rectificó minutos más tarde, después de que la sala VOR le indicase al colegiado que la infracción, por centímetros, se cometió fuera. Melero, tras cazar un balón repelido por el palo después de un lanzamiento de falta de Enis Bardhi, que volvió después de lesión, fue lo más cerca que estuvo el Levante de seguir insistiendo en puntuar en Nervión.

Aitor Fernández, pese a que protagonizó un encuentro gris y con errores, impidió al final una goleada mayor, frenando las ofensivas del Sevilla a través de sus intervenciones. No en vano, encajó cinco dianas en las que el Levante salió en la foto por distintos desarreglos. Inmersos en una nueva era, el equipo necesita dar una reacción inmediata. Buscar el equilibrio entre la defensa y el ataque para hacer buenas sus actuaciones. El Atlético de Madrid, vigente campeón y próximo rival, será un nuevo obstáculo a superar, y aunque sea el adversario menos idóneo para ganar, la comprometida situación no entiende de dificultades y sí de necesidades.