Tres semanas después de sufrir una rotura de grado 2 en el recto anterior de su muslo derecho, Roger Martí volvió a la dinámica de entrenamientos hace dos días con la ilusión de que su peso en el equipo tenga trascendencia en el objetivo levantinista. Físicamente se encuentra en buenas condiciones, listo para lo que Alessio Lisci considere y preparado para que el milagro de la permanencia se pueda convertir en una realidad.

Sin embargo, el que es uno de los capitanes de la primera plantilla ha vivido, en la distancia, el camino de su equipo desde una postura de sufrimiento y de rabia, al no poder echar una mano desde el terreno de juego. «Me encuentro muy bien, con buenas sensaciones. Tenía ganas de volver al equipo. Me hubiera haber estado junto al equipo en las últimas jornadas, sobre todo porque eran partidos muy importantes para el equipo, donde nos estamos jugando la salvación. No estar junto a mis compañeros ha sido duro, pero me ha tocado sufrirlo así. Me ha tocado remar desde fuera y me ha tocado sufrirlo de esa manera». Además, la química que tiene con José Luis Morales será uno de los alicientes a los que agarrarse de cara al tramo final de competición. No obstante, no quiere mirar más allá de la Real Sociedad. «No podemos pensar más allá que en los tres puntos del viernes, que son muy importantes. Sabemos que la gente va a estar con nosotros. No hay que mirar más allá de esos tres puntos», comentó.