El Levante UD busca fórmulas para su viabilidad económica

Manel J.Ghelli

El Levante UD atraviesa una situación económica de lo más delicada después de no consumar el ascenso a Primera la temporada pasada. Un hecho que obligó a reducir el coste de la plantilla, ‘abrocharse el cinturón’ y buscar alternativas para encontrar un plan de viabilidad, que estuvo a debate en el Consejo hace unos meses. Todo desembocó en la llegada de José Danvila y su equipo de trabajo a la directiva del club con una inversión de 10 millones de euros debajo del brazo como un depósito de garantía y que el club está teniendo que emplear para no incumplir con pagos importantes en el corto plazo y a los que hay que responder. Con todo ello, el agujero al que se enfrenta la entidad levantinista es de alrededor de 104 millones de euros, seis más respecto a la auditoría que se hizo en verano para conocer la situación real del club. Una deuda que se divide entre los préstamos a los que tiene que hacer frente de Rothschild, OLB Bank y el Ayuntamiento de Valencia. A eso hay que sumarle que 30 millones forman parte del préstamo de CVC. Todo ello con el objetivo que acometer la 2ª fase de la reforma del Ciutat de València y construir la Ciudad Deportiva de Nazaret, para los que habría que destinar unos 30 ‘kilos’.

Por otra parte, el Levante todavía tiene que cobrar la ayuda al descenso de unos 19 millones de euros, así como parte de las ventas de jugadores como Roger, Melero, Bardhi o Pepelu.