Una tortura de temporada en el Ciutat

El empate ante el Alcorcón fue la puntilla del Levante a un curso que ha finalizado un año más en Segunda

Los jugadores del Levante UD, desolados

Los jugadores del Levante UD, desolados / JM López

Rafa Esteve

El Ciutat de València tendrá que esperar, como mínimo, una temporada más para lograr el ascenso a Primera División. No será este año, para dolor, rabia y tristeza de una afición que, después de remar sin descanso, sin importar las circunstancias, cargó toda su frustración cuando el colegiado señaló el final del partido contra el Alcorcón. El empate no sirvió ni para soplarle a la nuca de la sexta plaza. No obstante, ni la victoria, que se esfumó en el descuento, hubiera valido para aterrizar a El Alcoraz con vida, ya que el triunfo del Oviedo ante el Andorra abrió una brecha insalvable de seis unidades con la promoción que permite pelear por subir a Primera División.

Miñambres no quiere llamarlo fracaso, pero, sin duda, el curso 2024/2025 del Levante es tan decepcionante como bochornoso. Nadie garantizó un ascenso en agosto. Y más, después del cruel desenlace de la anterior temporada. No en vano, ninguno se imaginó que el año futbolístico terminaría en el mes de mayo, faltando una jornada y sin opciones.

El encuentro del domingo contra el Huesca será un simple trámite para lo que se avecina dentro de las profundidades del Ciutat de València. Las semanas veraniegas, otra vez, serán de movimiento y de tráfico en las oficinas del coliseo de Orriols, aunque los próximos meses supondrán una nueva reestructuración deportiva tras una temporada tirada por la borda. Iniciada de manera viciada por la división de opiniones sobre la continuidad de Javi Calleja después de perder el ascenso ante el Alavés, el equipo arrancó mostrando sensaciones positivas e invitando al optimismo a su gente, pero el transcurso de la competición y las decisiones erróneas procedentes del VAR, comenzaron a dar pinceladas de lo que terminaría desembocando en una auténtica pesadilla.

Una racha de cinco partidos sin conseguir la victoria fulminó a Javi Calleja de su puesto en febrero. Desde la planta noble del Ciutat de València se consideró que el equipo necesitaba aire fresco y un cambio de chip para alzar el vuelo hacia los puestos de promoción.

No obstante, a pesar de tener un abanico de opciones en el mercado de entrenadores, Felipe Miñambres decidió tomar las riendas de un banquillo y, tres meses después de su llegada, no ha logrado dar con la tecla. Las victorias contra Sporting de Gijón, Elche y Zaragoza, cada una sumergida en un contexto distinto y especial, perdurarán en el recuerdo del levantinismo, pero el balance general de la etapa del nacido en Astorga es insuficiente: cuatro victorias, siete empates y tres derrotas en catorce enfrentamientos. Unos números que no han servido para recortar los tres puntos de distancia con los que Calleja se marchó de Orriols. Felipe Miñambres, pese al desastre, comentó que por su cabeza no pasa dimitir.

No entrar en promoción de ascenso abre múltiples interrogantes en Orriols con vistas al futuro. El Levante, por una cuestión de números y de objetivos no conseguidos, se verá obligado a reestructurar su plantilla, buscando un punto de experiencia entre sus integrantes e intentando retener y convencer a futbolistas para continuar un año más en Segunda División, sin desviar la necesidad de vender antes del 30 de junio.

Sin embargo, el astorgano, en un contexto en el que será de vital importancia optimizar los recursos y atinar con los refuerzos, tendrá a la fábrica de Buñol como fuente de rendimiento, tal y como han indicado los últimos partidos y, sobre todo, los goles de Carlos Espí y Andrés García contra el Alcorcón.