La realidad urbanística del Poble Nou de Benitatxell dista bastante de las fichas catastrales. El ayuntamiento ha detectado ahora, en un procedimiento de regularización impulsado por la Gerencia del Catastro, que 1.970 construcciones del suelo urbano (el 56,8 % del total) presenta omisiones catastrales. Es decir, se han realizado ampliaciones, construido barbacoas y piscina e incluso se han levantado casas enteras y no se han dado de alta en el Catastro. Mientras, las construcciones en suelo rústico que no se han actualizado son 276, el 39,4 % del total. En todo el término, las omisiones catastrales suben a 2.246.

Un técnico externo ha llevado a cabo el rastreo de omisiones. El consistorio ya ha trasladado los datos al Catastro. Este proceso de aflorar propiedades que tributaban por debajo de su valor real sólo se ha realizado para las construcciones de nueva planta o las ampliaciones efectuadas hasta 2006. Las omisiones tienen una incidencia directa en las arcas municipales. El ayuntamiento ha estado ingresando un IBI (ahora es la principal fuente de financiación de los consistorios) que estaba muy por debajo del real.

La Gerencia del Catastro ya advirtió en mayo de 2014 de la «alta concentración» de incidencias catastrales en Benitatxell. Los primeros informes municipales constataron la «divergencia alarmante» entre las fichas catastrales y la realidad urbanística.

El actual alcalde, Josep Femenia, subrayó ayer la responsabilidad política del «desfase catastral». «Estos datos nos abren los ojos claramente. Deben ir acompañados de una seria reflexión sobre la planificación urbanística y la nula gestión política que se ha hecho en la materia».