Los propietarios no entienden por qué tanta saña en el destrozo. Cuando entraron en la finca, se asustaron. Había pasado la marabunta. Les inquietó mucho ver las puertas rotas a hachazos. «Sí, debió utilizar un hacha o un cuchillo de carnicero», advirtieron los dueños. «Nos dio miedo. Las puertas estaban como en la película de "El Resplandor"».