Los comerciantes acudieron ayer en gran número al pleno de Dénia. Están hasta el gorro de las obras (la ciudad está abierta por todos sus puntos cardinales). Preguntaron a la concejala de Territorio, Maria Josep Ripoll, si las obras se podían parar durante los meses de julio y agosto. Afirman que tener el municipio patas arriba en pleno verano les aboca a una campaña turística ruinosa. Los comerciantes instaron a la edil a negociar con el Consell, que paga estos trabajos, una prórroga para no perder las subvenciones. Pero la concejala alegó que el ayuntamiento no se puede arriesgar a que las obras se retrasen más.