Un tribunal ha condenado a cinco años de prisión a un hombre que intentó asesinar a su compañero de piso atacándole con una espada del tipo katana en Xàbia, según se recoge en la sentencia, a la que ha tenido hoy acceso Efe.

La Sección Segunda de la Audiencia de Alicante ha impuesto al agresor una pena inferior a la que correspondería por ese delito, asesinato en grado de tentativa, debido al trastorno psicótico que padece.

Los magistrados consideran que esta patología, por la que siguió un tratamiento psiquiátrico que luego abandonó, unida al consumo de cocaína y marihuana, "limitó, sin llegar a la anulación, sus facultades intelectivas y volitivas".

Por ello le aplican la eximente incompleta de enajenación mental, aunque le obligan a indemnizar igualmente con 32.550 euros a la víctima por las lesiones y las secuelas y le prohíben acercarse o comunicarse con ella durante seis años.

Los hechos ocurrieron a las 14 horas del 27 de junio del pasado año cuando el acusado, Rena Harald R.B., de nacionalidad alemana, atacó con una katana a un compatriota que le había dejado vivir en su casa, en la partida Fontanelles-Julians de Xàbia, unos meses atrás.

Según ha declarado probado la Audiencia, lo hizo "sin motivo previo alguno" cuando el perjudicado "se encontraba descansando en el interior del dormitorio", justo después de que se despertara.

La víctima solo pudo levantar el brazo derecho para protegerse, pero el arma, de 71 centímetros de hoja, le alcanzó esa extremidad y la parte derecha de la nuca.

El agredido sufrió profundos cortes en esta parte de su cuerpo que le provocaron importantes hemorragias, aunque él mismo se las taponó con su ropa y salió huyendo del domicilio.

Un ciudadano que pasaba por la carretera comarcal CV-774, que une Xàbia con Gata de Gorgos, le auxilió y alertó de lo sucedido a las autoridades.

Agentes de la Guardia Civil se personaron de inmediato en la vivienda, detuvieron al agresor y se incautaron de la espada.

La Audiencia considera que la prueba practicada en el juicio celebrado el pasado 18 de octubre, que sustenta este relato fáctico, resulta "contundente".

El agredido relató durante el juicio que había dejado vivir en su casa unos tres meses antes a Rena Harald R.B., a quien conocía del colegio, y le proporcionaba también comida y dinero a cambio de que hiciera labores de mantenimiento.

Ese día tuvieron una pequeña discusión cuando el acusado estaba cortando un árbol, el anfitrión se fue a dormir y, cuando despertó, recibió el ataque sorpresivo.

Él salió huyendo y, al volver malherido y sangrando a su casa con la persona que le había auxiliado, encontró a su amigo de la infancia "como ausente".

El acusado, por su parte, admitió haber golpeado a su compañero de piso con la catana tras una discusión, aunque precisó que antes le había amenazado con una sierra eléctrica y le había dicho que iba a "salir a la calle a violar a una mujer".