El año 2020 debe ser clave en la protección de les pesqueres, esas sendas inverosímiles de los acantilados por las que se descolgaban los pescadores. El Institut de Recerca Oceanogràfica de Xàbia (IROX) ya ha desvelado que su calendario para el próximo año estará dedicado a les pesqueres de la Marina. Es más, ha mostrado un documento esencial en la historia de este patrimonio y que aparecerá en el almanaque. Es la referencia más antigua conocida a una pesquera. Data de 1570.
Por tanto, en el siglo XVI los pescadores (en realidad, eran labradores que, por necesidad, pescaban desde los acantilados) ya bajaban a los salientes de roca. El documento es un acta de defunción recogida en el archivo de la iglesia de Xàbia. Un vecino perdió la vida en la pesquera de En Morató, que estaba en el barranco de la Torre del Descobridor (litoral que ahora se conoce como Ambolo). Ese escrito confirma que esta peligrosa modalidad de pesca es antiquísima.
Así las cosas, les pesqueres son historia. Pero historia todavía viva. Ahí están las sendas. También quedan algunos románticos que todavía pescan asomados al vacío.
El IROX subraya que este patrimonio hay que defenderlo y conservarlo. Protegerlo significa salvar un legado cultural y blindar el carácter público de esta bella y agreste costa. De hecho, numerosos accesos a las sendas los han cerrado los chalés construidos en los acantilados. Esas viviendas incluso se han apropiado de estas trochas y las han convertido en pasos privados al mar.
El IROX ya consiguió que el Ayuntamiento de Xàbia rectificara y sí protegiera estas sendas históricas en el nuevo plan estructural (todavía no está aprobado definitivamente). Los propios técnicos municipales realizaron un informe que advertía de que 26 de estos accesos tradicionales corrían peligro de desaparecer al ocuparlos los chalés.
El calendario de 2020 de este colectivo pone de nuevo el foco en este patrimonio y en los heroicos pescadores.
Otro hito importante en la defensa de les pesqueres fue el exhaustivo estudio «Nits i peixos a les pesqueres de cingle», publicado en 1998 por la Associació Cultural Puig Llorença. Luego Jake Abbot y Felipe Escolano realizaron fotografía de les pesqueres y de los últimos encesers (así se conoce a estos pescadores en Benitatxell). Las expusieron. La muestra se tituló «Nits de tinta» y fue un homenaje a esos valientes que se jugaban la vida colgados de los acantilados para conseguir algo de dinero que llevar al humilde hogar.
