La luminosa Marina Alta está hoy emborronada por la niebla. Ha amanecido fantasmagórica. El sol no termina de abrirse camino entre los densos bancos de niebla. Este fenómeno tiene historia. La niebla y las calmas del mar en enero y febrero (asemeja un espejo) evocan el tiempo de las razias de los piratas berberiscos. Desembarcaban "embozados" en la densa niebla y saqueaban las poblaciones del litoral. De ahí que se levantaran las torres vigía y las "cases fortes". Los vecinos vivían aterrorizados por estas incursiones a sangre y fuego. Construían masías fortificadas y atisbaban el horizonte desde las torres. Pero en días de intensa niebla como el de hoy no había forma de echarle el ojo a las "fusteres", las sigilosas barcas con las que los piratas llegaban a tierra.

La meteorología es más que un fenómeno pasajero. Tiene historia. La imagen está tomada en la playa del Benissero de Xàbia.