Tormentas, aguaceros, nubes, viento y sol. El loco tiempo de esta semana ha dejado una colección de atardeceres gloriosos. La imagen, con Dénia iluminada por el postrero fogonazo del día y también velada por la rojiza neblina, revela que cuanto más voluble es la meteorología más intenso y bello se pone el cielo. Esta puesta de sol parece sacada de "La busca", de Pío Baroja: "Un crepúsculo rojo esclarecía el cielo, inyectado de sangre como la pupila de un monstruo". El cielo de la Marina Alta, límpido y azul o algodonoso y turbulento, nunca defrauda.