No hay manos para atajar el botellón en Xàbia. Y a partir de esta medianoche, cuando el municipio se convertirá en una isla sin toque de queda (sí se aplicará en Dénia, Calp, Teulada Moraira o Gata de Gorgos), la cosa puede ir a peor. En la madrugada del viernes al sábado la Guardia Civil y la Policía Local disolvieron en el paseo de la playa del Arenal un botellón de 300 jóvenes. Pero esta mañana el paseo ha vuelto a amanecer repleto de la basura de otra noche de fiesta al raso. A las 7 de la mañana, quedaban grupos de chavales que apuraban la fiesta. Hay más presencia policial. Pero disolver los grandes botellones provoca que los jóvenes se dispersen y se lleven la fiesta aquí y allá.

Los servicios de limpieza se afanaban esta mañana en retirar las botellas, los vasos, las latas y los numerosos plásticos. El murete del paseo del Arenal estaba repleto de los restos de la noche de farra. Por todo el entorno se veían residuos del estrago del botellón.

A las 00.30 horas, cuando cierra la hostelería, ya se produce la primera aglomeración en este paseo. Los locales bajan la persiana y los chavales salen en tropel. La última copa ya se la han servido en un vaso de plástico. Es un vaso sin fondo. Durará toda la noche. Los jóvenes lo van rellenando con las bebidas que guardan en los coches.

El turismo ha cambiado en Xàbia y en la Marina Alta con la pandemia. Ahora se ve a muchos chavales acarrear maletas. Alquilan apartamentos e incluso chalés. Acuden a celebrar un sucedáneo del viaje de fin de curso anulado por la pandemia. Se suceden las fiestas en los chalés y los botellones.