Hay más de una calle Pic Tort en Xàbia. Un estudio de Idealista desvelaba esta semana que la calle más cara para comprar vivienda en la Comunitat Valenciana está en Xàbia, en concreto en la cala de la Granadella, y es la citada Pic Tort (sube en zigzag desde la playa). El precio medio de la vivienda es allí de tres millones. Pero las calles de la Corona y de la Cuesta de San Antonio o la de la Torre de Ambolo no le deben ir muy a la zaga.

También la calle L’Illa, en el litoral del Portitxol, tiene un puñado de chalés que superan los tres millones. Y se están construyendo más casas de lujo colgadas de los acantilados que se ponen a la venta por una millonada. Eso sí, empieza a observarse en esta exclusiva costa que, además de tirar viejos chalés para levantar nuevos (no quedan ya parcelas libres), se abre paso un urbanismo de menos impacto, el de reformar las casas de los años 80 y 90, aprovechar su arquitectura de tejados de planos inclinados y de tejas y darles un aire moderno y muy mediterráneo.

No todo tiene que ser meter la piqueta y echar abajo «lo viejo» para levantar chalés de mucho hormigón, líneas rectas y cristaleras por las que entra la luz a raudales.

Dilema en la costa de Xàbia de las casas de tres millones: reformar o construir más

Casas de lujo en Xàbia

En la Cuesta de San Antonio, desde donde se atisba toda la bahía de Xàbia, ya hay carteles que anuncian reformas integrales de viviendas. Esta visión alternativa del urbanismo, que aboga por la reconstrucción en lugar de por la construcción, la abandera el estudio de arquitectura Bataille Living, que dirige la diseñadora de interiores Jessica Bataille. Es el que está reformando ya varios chalés de la Cuesta de San Antonio. Uno de sus primeros proyectos, «Ca La Vista», que renovó la estética de un chalé de los años 70 y lo hizo eficiente y sostenible, se hizo famoso en las redes sociales al hospedarse hace un par de años la actriz Blanca Suárez.

Bataille, en un encuentro de empresarios celebrado hace unos años, ya afirmó que promover nuevas viviendas no era ecológico y que Xàbia debía apostar por reformar las existentes, impregnarlas de estilo mediterráneo y hacerlas bioclimáticas e incluso lograr para ellas el certificado de sostenibilidad PassivHaus.

Ese dilema entre construir más o reformar y hacer sostenible las viviendas ya existentes se dirime en el litoral de las casas de los tres millones de euros.