Vall d’Alcalà, interior de la Marina Alta. Una pequeña población que ha aparecido en los presupuestos de la Generalitat. El motivo, el poblado morisco de l’Atzuvieta, que será una de las 96 propuestas que los ciudadanos han votado para su ejecución durante 2022.

Fue el Institut d’Estudis Comarcals de la Marina Alta quien elevó la propuesta de adquisición del antiguo poblado morisco y lanzar al aire sus intenciones. Las redes e internet hicieron el resto.

Al margen de la compra instaban al Consell a redactar un plan director para su recuperación y cortar de raíz el proceso de deterioro en que se encuentra. Al mismo tiempo proponen que sea una referencia para del ocio educativo y turismo rural sostenible en una zona con alto riesgo de despoblación.

La propuesta pasó el primer corte, y pasó el filtro más complicado, el de los técnicos de las diferentes Consellerias. Esta semana el Consell anunció que había ha sido aceptada.

En su informe, la Generalitat divide su acción en dos partes.

Por un lado la adquisición en sí de los terrenos, pero también la elaboración de un plan director de actuaciones arqueológicas en el poblado morisco que tiene la consideración de BIC.

Para cumplirlas pide un margen de 2 años, el 2022 para comprar los terrenos «en las zonas bien delimitadas y de mayor interés arqueológico» y para el siguiente deja el plan director.