La gran revolución del D*na es abrir de «blat» a mar (también de «bat a bat») la gran despensa de la Marina Alta. Dénia ha recuperado su exitoso festival gastronómico. Ha cambiado el formato. La pandemia impide organizar aquel maravilloso festín de degustaciones junto al mar. El paseo de la playa de la Marineta Cassiana se convertía en una pasarela gastronómica repleta de público. El D*na, que se celebra hasta el lunes, se ha trasladado a los restaurantes. «Nos abrazamos a un sector que ha sufrido mucho», afirmó ayer el chef Quique Dacosta, alma de este festival. «Queremos ayudar a los restaurantes y a la hostelería tras un año que ha sido muy duro», señaló el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt.

Sí, el D*na se vive en los restaurantes, que han preparado menús con productos de temporada y del terruño. Pero la gastronomía también está en la calle, en los dos escenarios que se han montado para no perder esa seña de festival a cielo abierto. El escenario «compartint» está en la calle Marqués de Campo y el «cuinant» en la Plaça del Consell. El festival anida en el meollo urbano de Dénia. Los vecinos y visitantes, que en este puente son muchos en la ciudad, fueron ayer de un escenario a otro. Marqués de Campo era pura efervescencia.

Por el escenario «cuinant» están pasando los mejores chefs. El D*na convoca muchas estrellas Michelin. Pero la estrella que le da sentido a todo es el sol y ayer lucía radiante. El sol despierta el hambre de calle y gastronomía.

El escenario «compartint» da cancha a los productores de la Marina Alta. Se ha montado una suerte de alacena en la que hay «perellons» de la Vall d’Ebo, «arròs bomba» de Pego, vinos de Alacant, cervezas gateras, almendras de la «Flor d’Alcalalí», «carnot» (un licor histórico de Dénia), vermús y mistelas de Teulada y Xaló, «panses de Dénia» (se escaldan y secan en Llíber), licor de cerezas de la Vall de Gallinera o harinas del proyecto de Jesús Pobre de «Blat de la Marina». En este escenario, también se hablará de iniciativas como la del «Bancalet» de recuperación de cultivos y del paisaje.

Los chefs con estrella son el gancho. Desvelan sus secretos. Pero la revolución del producto es la miga de este festival. Quique Dacosta subrayó ayer que la gastronomía genera en el territorio «una economía circular, transcental y transversal». También recalcó que el D*na hace que el universo gastronómico «mire a Dénia».