Los vecinos de Calp pagarán 1,21 euros más al mes por el suministro de agua. Ese incremento, que al año sube a 14,52 euros, es el que se dará en el tramo más habitual de consumo. No es mucho. Pero el gobierno local, de PP y Ciudadanos, rompe su mandamiento hasta ahora inquebrantable de bajar impuestos. La alcaldesa, Ana Sala, ha afirmado que "nos duele subir el agua". "Nuestra política durante toda la legislatura es de reducción fiscal y de conceder bonificaciones", ha explicado.

Tanto Ana Sala como el portavoz de Ciudadanos, Juan Manuel del Pino, han dicho que el ayuntamiento no tiene otra opción que subir el agua. "Hemos hecho un gran esfuerzo para que fuera el incremento mínimo", ha indicado Del Pino, que ha explicado que ha aumentado el precio de comprar el agua a la mancomunidad de la que forma parte Calp junto a la Vall de Laguar y Murla (se saca del pozo Lucifer, en el término de Laguar y junto a la presa d'Isbert) y también ha subido el gasto energético de llevar el suministro a los hogares de Calp.

Del Pino ha precisado que Aguas de Calpe, la empresa mixta de abastecimiento de agua en Calp, tiene que mantener el equilibrio económico. Tanto él como los portavoces del PSPV y Compromís, Santos Pastor y Ximo Perles, han recalcado que Aguas de Calp invierte todos los beneficios en mejoras hídricas y que la eficiencia de la red calpina, que llega al 80 %, es de las más altas de la Comunitat Valenciana.

No obstante, Santos Pastor y Ximo Perles han lamentado que se les suba el agua a los vecinos. Han insistido en que este incremento de impuestos "es contradictorio" con la política fiscal que defienden el PP y Ana Sala.